Donald Trump desata la ira en Oriente Próximo al reconocer Jerusalén
como capital de Israel
http://www.elmundo.es/internacional/2017/12/07/5a2859d622601dbb288b45ae.html
PABLO PARDO Corresponsal Washington
7 DIC. 2017 09:55
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Donald Trump desata la ira en Oriente Próximo al reconocer Jerusalén
como capital de Israel EFE
El presidente de Estados Unidos se distancia de la política lleva a cabo
por sus predecesores en la región y toma la decisión basándose en cálculos
electorales
Emmanuel Macron: "Es una decisión desafortunada que Francia no
aprueba"
Netanyahu celebra un"día histórico" y Hamas acusa a Trump de
"abrir las puertas del infierno"
EEUU se ha convertido en el primer país del mundo que reconoce la ciudad
de Jerusalén como capital del Estado de Israel. Así lo anunció ayer el
presidente, Donald Trump, en un movimiento que rompe con la política de la
primera potencia mundial desde 1991, cuando George Bush lanzó en la Conferencia
de Madrid un proceso de paz entre israelíes y palestinos con EEUU como
mediador.
Trump también anunció que ha dado instrucciones para que traslade la
embajada de EEUU a Jerusalén. Ningún país tiene embajada en esa ciudad, que fue
declarada en 1980 por el estado judío como su "capital eterna e
indivisible".Las reacciones van de la indignación total, sobre todo en los
países árabes, o la preocupación expresada por países de la Unión Europea.
Hamas, el grupo radical palestino, ha llamado este jueves a una nueva
"Intifada" que comenzará, según su líder, este mismo viernes.
En 1995 el Congreso de EEUU instó al presidente a reconocer la capitalidad
de Jerusalén y a trasladar allí la representación diplomática estadounidense.
Los tres presidentes que ha habido desde entonces -Clinton, Bush hijo y Obama-
han hecho caso omiso de la declaración.
La decisión de Trump tiene poco
significado en el terreno de las realidades tangibles. De hecho, Estados Unidos
alquila desde 1989 un terreno en Jerusalén para construir en él una embajada,
con una renta que paga al Estado de Israel de un dólar (84 céntimos de euros)
al año. Llevar la embajada a allí desde Tel Aviv, donde están las demás sedes
diplomáticas en Israel, llevará mucho tiempo, porque una representación de EEUU
en el exterior es una especie de base de alta tecnología. La construcción de su
embajada en Londres ha durado ocho años. Pero la decisión de Trump tiene un
enorme simbolismo. Jerusalén es la ciudad santa de las tres grandes religiones
monoteístas del mundo -el Judaísmo, el Cristianismo, y el Islam- y ha sido
objeto de disputa entre judíos y árabes durante la mayor parte del siglo XX y
lo que llevamos del XXI. Ha sido británica, ha estado partida entre Israel y
Jordania, ha tenido barrios que nunca han sido adjudicados y, formalmente al
menos, Naciones Unidas -y EEUU con ella- han defendido un estatus
internacional.
Desde 1967 Israel controla la totalidad de la ciudad, y ha
puesto en marcha un proceso para ir expulsando de ella a las comunidades que no
son judías. Para muchos musulmanes y árabes, la decisión es el abandono por
parte de EEUU de cualquier pretensión de imparcialidad o, al menos, equidistancia,
en el proceso de paz de Oriente Medio. No es ése el punto de vista de Trump,
que dijo ayer, al anunciar la medida, que "he considerado este rumbo de
acción como favorable al interés de los EEUU de América de buscar la paz entre
israelíes y palestinos. Éste es un paso que damos muy tarde para hacer que la
paz progrese y que lleguemos a un acuerdo duradero". Pero, según la web
Foreign Policy, el Departamento de Defensa ha aumentado las dotaciones de
infantes de Marina en las embajadas estadounidenses en Oriente Medio en
previsión de disturbios, o atentados tras la decisión.
Según la prensa
estadounidense, Washington habría pactado el anuncio del reconocimiento con dos
de sus grandes aliados en la región, Jordania -que es vecino de Israel- y
Arabia Saudí. La razón fundamental del reconocimiento de Israel es de índole
electoral.
El apoyo absoluto y en cualquier circunstancia al estado hebreo es
una de las principales demandas de los cristianos evangélicos, que ven en la
existencia de Israel y en su extensión hasta las fronteras que tenía en el
Antiguo Testamento el cumplimiento de una profecía bíblica que anticipa la
llegada del reino de Dios en la Tierra.
Puede resultar curioso en una sociedad
secular -como la europea- pero entre una cuarta parte y un tercio de las
personas que votan en EEUU son evangélicos. Entre ellos, la persona que estaba
tras Trump cuando hizo el anuncio: el vicepresidente Mike Pence.
Así que Trump
se ha vuelto a asegurar el apoyo de ese grupo, cuyo apoyo necesita para seguir
gobernando. El reconocimiento de la capitalidad de Jerusalén no es más que el
segundo favor que el presidente estadounidense hace a la comunidad evangélica,
después de que el sábado por la mañana el Senado aprobara un proyecto de
reforma fiscal que, entre otras cosas, permite que las iglesias apoyen de forma
explícita a candidatos políticos y, al mismo tiempo, sigan libres de impuestos.
El otro grupo al que Trump ha echado un guiño es a los judíos de EEUU, como su
yerno Jared Kushner y su hija Ivanka que, además, son asesores de la Casa
Blanca. La popularidad de Trump entre los judíos es cero, en parte porque esa
comunidad es históricamente demócrata y de izquierdas en materia social.
Incluso los judíos republicanos rechazan a Trump por sus simpatías hacia grupos
filonazis.
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