domingo, 30 de julio de 2017

Venezolanos vacían los supermercados pues hay rumores de golpe de estado hoy día.

Venezolanos vacían los supermercados pues hay rumores de golpe de estado hoy día.

Asamblea Constituyente: así se prepara Venezuela para un fin de semana decisivo

https://www.elconfidencial.com/mundo/2017-07-27/venezuela-paro-oposicion-fin-semana-asamblea-constituyente-abastecimiento_1421396/

Ya ha comenzado el paro de 48 horas decretado por la oposición. Los ciudadanos hacen acopio de alimentos y suministros ante el temor de que la situación se descontrole

Foto: Una mujer compra varios productos en el supermercado 'Bicentenario' en Caracas. Foto: Reuters.
Una mujer compra varios productos en el supermercado 'Bicentenario' en Caracas. Foto: Reuters.
El paro de 48 horas convocado por la oposición venezolana se ha iniciado con violencia. Tres personas han muerto en los enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad: dos hombres jóvenes en Mérida, y un adolescente de 16 años en Petare, el barrio más peligroso de Caracas. Son las últimas víctimas mortales durante la llamada 'hora cero', la estrategia de presión decretada por los opositores para provocar la salida del presidente Nicolás Maduro, que a su vez ha lanzado el órdago de convocar una nueva Asamblea Nacional Constituyente. El domingo, los venezolanos están convocados a las urnas para elegir a sus miembros. Mientras tanto, los ciudadanos se preparan para un escenario incierto.
Una señora de 60 años se acerca al estante de las velas. Suele estar lleno, pero lo único que encuentra son unos velones de los más caros. Los mete en el carrito junto a los seis paquetes de pasta importada, decenas de latas de atún, otras tantas de sardina, paquetes de granos variados y una cantidad enorme de verduras que ni por asomo consumirán en una semana ella y su esposo. Va a 'raspar' hasta el límite la tarjeta de crédito, pero mejor estar prevenidos. Caracas se ha convertido en los últimos días en un ir y venir de colas. Y esta vez no (solo) por la compra de productos regulados. La incertidumbre ha llenado los supermercados de gente que acude a hacer compras nerviosas. Es casi una tradición en el país, solo que esta vez, el contexto —y el bolsillo— es distinto.
Si antes la estampa normal en cualquier gran superficie de Venezuelaera de vitrinas vacías por la escasez, desde hace unos meses eso ha cambiado. Empezaron a llegar productos que hace tiempo estaban desaparecidos, como las legumbres, los cereales, leche líquida o los condimentos, pero a unos precios bastante altos para el bolsillo promedio. Otros rubros son más difíciles de conseguir. Es el caso de la harina de maíz, la de trigo o el arroz. Nunca faltaron verduras, frutas, carne o pescado, pero tampoco al alcance de todos.
Dentro de uno de los supermercados más grandes de Caracas, el martes por la tarde el panorama es de locura. Entrar es una odisea. Una cola enorme flanquea el pasillo de entrada. Cestas y más cestas, carritos hasta arriba. En la sección del queso apenas queda de un tipo. En el estante de los huevos, unas decenas de cajas se amontonan, abiertas, con el estuche incompleto o huevos rotos.
En la sección de cereales, un señor coge cinco bolsas de una marca nacional hiperazucarada, la única que queda. Han arrasado con la sección de atún y sardinas en lata. Pasta queda, pero la cantidad disponible ha bajado bastante. Igual que las legumbres, de las que solo quedan blancas y pintas. Las negras, las más usadas en la cocina nacional, están desaparecidas. Y de lentejas solo quedan unas pequeñas, naranjas.
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Venezolanos hacen acopio de alimentos en un supermercado de Caracas, el 25 de julio de 2017. (Reuters)
Venezolanos hacen acopio de alimentos en un supermercado de Caracas, el 25 de julio de 2017. (Reuters)

"Dicen que este fin de semana hay golpe"

En la sección de verdura es imposible ya comprar un tomate, ni siquiera uno feo o roto. Las patatas que quedan son pocas y con muchos huecos. No queda yuca. Y no hay fruta. Solo quedan cinco trozos de una sandía con trazas amarillentas y manzanas empaquetadas de a seis en bandejas de plástico —dos amarillas, dos verdes, dos rojas— a un precio nada tentador. Queda agua, pero se nota que bajó la cantidad.
En el estacionamiento de otro mercado, un día antes, festivo nacional, Mercedes Serfaty acomoda sus compras. “Voy a evitar tener que salir a buscar comida. He comprado lo que regularmente uso, pero sí más cantidad: más carne, más pollo... Esas cosas”. El maletero está lleno, pero asegura que no ha hecho compras nerviosas. “Sí he visto a mucha gente comprando enlatado o cosas para la luz”. Dice que no le molesta estar un festivo en el mercado, “podría estar en la playa tranquila, relajada, pero vine aquí. Una hace lo que le van diciendo pensando en que sí vamos a salir de esto”.
A Sara Gelman le pasa igual, llena el maletero mientras dice que no le molesta el paro ni estar haciendo más compras de las necesarias. “Hay que acatarlo, porque queremos democracia, hay que aguantar la tranca, salir de manera pacífica, luchar por el país”.
Una señora que prefiere no identificarse va cargada con enlatados. “Compro cosas no perecederas por si nos agarra algo malo tengamos qué dar de comer a los niños. Esto no es como otras veces, lo que se vive ahora en el país no es lo mismo que se vivió en otras elecciones. Este es un momento decisivo para Venezuela”.
No es un fenómeno nuevo salir a hacer compras nerviosas. Antes era relativamente común llegar un viernes a un súper y ver a gente con los carritos llenos los días previos a una elección o ante alguna nueva oleada de rumores. Uno de los más repetidos era que “el primo de mi cuñado que tiene un sobrino que vive en Fuerte Tiuna [un complejo militar en Caracas] dice que este fin de semana hay un golpe de Estado”.
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Ciudadanos venezolanos cruzan la frontera hacia Colombia, el 26 de julio de 2017. (EFE)
Ciudadanos venezolanos cruzan la frontera hacia Colombia, el 26 de julio de 2017. (EFE)

"Esto se ve bien feo, ¿oyó?"

En una ocasión anterior, una señora cargaba con un carro lleno de harina de maíz de la marca P.A.N. “Es que por ahí están diciendo que este fin de semana expropian la Polar”, dijo en referencia a la empresa que fabrica esa marca, una de las más grandes del país.
Siete años después, no ha habido golpe de Estado que prediga ningún familiar iluminado y Polar no ha sido expropiada. Lo que sí ha pasado es que, ante la falta de materia prima, hay una merma importante en su producción. Tanto, que hoy sería imposible encontrar a la misma señora con un carro lleno del ansiado producto para hacer las arepas.
Y hoy se hace mucho más cuesta arriba dejarse llevar por la locura de los rumores. El salario mínimo es de 97.531 bolívares. Con el tique de alimentación (Bs 153.000), lo que se conoce como salario integral, llega a los 250.531 bolívares. Unos 77 euros al cambio oficial, 28 si se calcula con la tasa en el mercado negro.
El Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros calcula mes a mes lo que aumenta la canasta alimentaria básica en el país. Para el mes de junio, ascendió a 1.229.698,35 bolívares. Para poder comprar todo lo necesario para una familia, se necesitarían cuatro salarios integrales.
Jorge Guevara es vigilante de un supermercado en una zona acomodada. Ha visto cómo desde el sábado mucha gente sale con enormes compras. Él no puede. “En mi caso, se hace más duro. Yo lo que gano es sueldo mínimo y poco más. Y esto se ve bien feo, ¿oyó? De abastecerme apenas he podido. He comprado dos pasticas, cuatro. Si consigo regulada, he comprado cinco o seis. Pero lo que la gente compra normalmente, aquí no se puede”.

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