miércoles, 21 de junio de 2017

La bolsa argentina se hunde ante la primera mala noticia internacional para Macri: no será “país emergente”de nada le valió al presidente argentino Macri su sumisión a los dictados del FMI y otros organismos financieros internacionales hoy Morgan Stanley dijo que todo es mentira en Argentina y las reformas son puro cuento ,que si alguien invierte allí perderá su dinero. lo que provoco que las acciones caigan mas de 5%




La bolsa argentina se hunde ante la primera mala noticia internacional para Macri: no será “país emergente”de nada le valió al presidente argentino Macri su sumisión a los dictados del FMI y otros organismos financieros internacionales hoy Morgan Stanley dijo que todo es mentira en Argentina y las reformas son puro cuento ,que si alguien invierte allí perderá su dinero. lo que provoco que las acciones caigan mas de 5%


Morgan Stanley pospone la mejora de categoría a la espera de que el Gobierno gane las elecciones de octubre
http://internacional.elpais.com/internacional/2017/06/21/argentina/1498076071_670612.html



CARLOS E. CUÉ


MAR CENTENERA


Buenos Aires 21 JUN 2017 - 23:39 CEST

El presidente argentino, Mauricio Macri.



El presidente argentino, Mauricio Macri. AFP

Hasta ahora, Mauricio Macri solo había recibido buenas noticias del mundo financiero internacional. Organismos como el FMI alababan sus reformas, los inversores se peleaban por hacerse con las jugosas emisiones de deuda argentina, a un tipo de interés que no ofrece casi ningún país en el mundo. Y líderes de los países centrales aplaudían todo lo que hacía. Argentina acaba de recibir el primer jarro de agua fría, y el efecto ha sido muy duro en las primeras horas. Morgan Stanley decidió, contra pronóstico, mantener al país como "mercado fronterizo" y no elevarlo a "mercado emergente". La bolsa cayó con fuerza y el dólar subió tras la primera mala noticia internacional para el Gobierno argentino.


Morgan Stanley no parece tan preocupada por los datos de la economía argentina, que no acaba de recuperarse al ritmo previsto, como con el riesgo de que Cristina Fernández de Kirchner vuelva al poder o al menos recupere fuerza en las elecciones de octubre como para condicionar las decisiones de Macri en el Congreso, donde él está en minoría. El informe de Morgan Stanley deja muy claro que sus analistas están a la espera de que Macri consolide su giro con una victoria en las elecciones de octubre.




Los mercados, que no esperaban este golpe, reaccionaron mal. La bolsa tuvo una fuerte caída de casi el 5%, con algunas acciones desplomándose más de un 7%, mientras el peso, que hasta ahora se había mantenido muy fuerte e incluso se reforzaba mientras otras monedas del continente caían, perdió frente al dólar, que subió 30 centavos. Esta última noticia no es necesariamente negativa porque Argentina tiene un fuerte problema de atraso cambiario (moneda demasiado fuerte) que la convierte en el país más caro de Latinoamérica y hunde su competitividad.

"Ha sido un golpe fuerte, es un balde de agua fría que provoca una corrección violenta en la bolsa, pero Morgan no hace críticas a la política económica ni habla de distorsiones, es sobre todo una cuestión política, lo dejan para el año que viene cuando vean si se consolida la tendencia en las elecciones. Quieren ver si el cambio es permanente", señala Marina Dal Poggetto, directora del Estudio Bein.

"Ha sido un golpe inesperado, no hay más que ver que está cayendo la bolsa y subiendo el dólar. Aunque la decisión afecta al mercado financiero, de acciones y bolsa, con un volumen bursátil más grande se daba espacio a empresas para colocar deuda más barata y mucho de eso se ha frenado. Es malo porque había muchas empresas esperando salir al mercado para financiar inversiones y la decisión de Morgan retrasa los planes de financiamiento, aunque tampoco creo que sea un retraso muy grande, había que ver si empezaban a invertir antes de las elecciones", señala Fausto Spotorno, economista de la consultora Orlando Ferreres.

Argentina está desde hace ocho años en la categoría de fronterizo, esto en el mismo nivel complicado que países como Lituania, Nigeria, Kenia, Kuwait y Bangladesh. Desde que Macri llegó al Gobierno y decidió, con apoyo de una parte del peronismo, sobre todo los gobernadores provinciales, pagar a los fondos buitre y volver al mundo de las finanzas internacionales, el giro ha sido radical y hasta ahora todo eran aplausos. Este golpe de un coloso de Wall Street es el primer mensaje claro de que al país le queda recorrido aún para volver a la normalidad. De hecho, a pesar de que poco a poco van bajando las tasas de interés a las que se endeuda, siguen siendo al menos el doble que otros países vecinos de Latinoamérica y el triple que los más avanzados, lo que ha convertido Buenos Aires en un paraíso para la especulación financiera.

Macri está resolviendo sus problemas y evitando un ajuste mayor con un gran endeudamiento, que está suponiendo notables ganancias para estos especuladores, que también se arriesgan en ocasiones a perder porque el dólar sube y baja de manera casi constante. Algunos economistas empiezan a estar preocupados por ese recurso tan frecuente a la deuda. Argentina tiene mucho margen, porque su salida de los mercados internacionales provocó un fuerte desendeudamiento, pero no es infinito. La decisión de Macri de tomar deuda a 100 años fue uno de los ejes de las críticas de Cristina Fernández de Kirchner en su primer mitin de campaña el martes.

El principal problema del Gobierno de Macri en este momento es político. Argentina vive prácticamente en una campaña electoral permanente. Cada dos años hay unos comicios clave, presidenciales o intermedios, y ningún Gobierno tiene tiempo de tomar decisiones fuertes entremedias. Macri está en minoría en el Congreso y necesita una victoria muy clara en las elecciones de octubre, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, donde con toda probabilidad concurrirá Cristina Fernández de Kirchner, para lanzar el mensaje al mundo y sobre todo a los otros poderes argentinos –empresarios, sindicatos, organizaciones sociales- de que el suyo es un proyecto que ha venido para quedarse, y no un cambio pasajero. Argentina, muy influida por el peronismo en los últimos 70 años, vive los momentos en los que no gobierna esta fuerza como una excepción. Macri necesita cambiar esa idea. Los mercados y economistas liberales cercanos al Gobierno le exigen que haga un ajuste más fuerte para arreglar las cuentas públicas, con un déficit que no se ha reducido desde que ganó las elecciones. Si les hace caso y ajusta más, Macri corre el riesgo de perder las elecciones porque buena parte de ese déficit llega por ayudas sociales, pensiones, obra pública y otro tipo de mecanismos para contener los problemas de fondo en un país con un 30% de pobreza. Si no les hace caso y mantiene un ajuste más suave hasta después de las elecciones, como apuntan todos los miembros del Gobierno consultados, corre el riesgo de que le sucedan cosas como la de Morgan Stanley.

"Creo que el golpe en los mercados ha sido duro en un primer momento, pero se suavizará. Algunos economistas están diciendo que esto puede ser incluso positivo como señal para que se hagan las reformas necesarias. Todo está pendiente de las elecciones", sentencia Dal Poggetto. "Es un golpe a la imagen internacional. El Gobierno se sigue moviendo mucho este año desde el punto de vista de relaciones internacionales y política, pero en la economía no ha hecho casi nada, todos los cambios fueron el año pasado", señala Spotorno, que interpreta el comunicado de Morgan como un mensaje de que si el Gobierno no consigue bajar más el déficit por las elecciones, entonces primero que las gane y después tendrá su subida de categoría.

En ese complicado equilibrio Macri parece apostar por llegar a octubre como sea y con los mejores datos económicos posibles para ganar esas elecciones y después iniciar un segundo ajuste más fuerte. El Ejecutivo públicamente niega que esté pensando en dejar los recortes para después de las elecciones e insiste en que todo seguirá en la misma línea, pero en privado diversos miembros del Gobierno admiten que un buen resultado en octubre les daría fuerza para tomar las decisiones duras que hasta ahora han sido inviables políticamente por la minoría en el Congreso y la necesidad de ganar las elecciones. Todo depende pues de la política en Argentina, como casi siempre en un país en el que todos los negocios importantes, de una u otra manera, pasan por el Estado.

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