lunes, 20 de junio de 2016

Indicadores apuntan a una mayor probabilidad de recesión en EE.UU. Por BEN LEUBSDORF encontrado en el WSJ

Indicadores apuntan a una mayor probabilidad de recesión en EE.UU.




 


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La desaceleración en las ventas de automóviles es considerada una señal de problemas económicos.


La desaceleración en las ventas de automóviles es considerada una señal de problemas económicos. PHOTO: RICHARD B. LEVINE/NEWSCOM/ZUMA PRESS


Por BEN LEUBSDORF

Actualizado martes, 21 de junio de 2016
0:03 EDT

Los desgarradores vuelcos que sacudieron a los mercados financieros a principios de año ayudaron a invocar el espectro de una nueva recesión. Ahora, las señales de advertencia están viniendo principalmente de la economía de Estados Unidos.


El empleo, las ventas de automóviles y la inversión empresarial están perdiendo fuerza, mientras que la producción industrial sigue siendo débil y las ganancias corporativas continúan bajo presión.

Se trata de signos clásicos de un bajón de la economía que no han pasado desapercibidos.

En una encuesta realizada este mes por The Wall Street Journal, una serie de economistas asigna una probabilidad de 21% a que EE.UU. entre en recesión en 2017 frente al 10% de un año atrás. Algunos analistas estiman que el riesgo es mayor.


Si esto resulta ser el anticipo de una recesión u otra falsa alarma es una discusión que puede tardar años en dirimirse. Temores similares han surgido en otras oportunidades durante los siete años que acumula la presente expansión de la economía estadounidense, para ser luego desechados. No obstante, numerosos indicadores que apuntan a que existe una buena probabilidad de que una recesión comience dentro de los próximos 18 meses.


“Como todo el mundo, puedo ver nubes en el horizonte”, dijo el economista de la Universidad de Stanford Robert Hall. Sin embargo, agregó, “nadie es muy bueno a la hora de predecir. Yo ni siquiera lo intento”.


Hall es el presidente del comité de la Oficina Nacional de Investigación Económica encargado de, en última instancia, confirmar la fecha de inicio de la próxima recesión.

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Aunque la economía estadounidense sigue creando puestos de trabajo, la reciente desaceleración de las contrataciones ha asustado a algunos analistas.

Con un crecimiento de apenas 38.000 puestos de trabajo, mayo fue el mes de menor creación de empleo desde que la economía dejó de eliminar puestos de trabajo en 2010.

El economista de Barclays Michael Gapen resaltó que, desde 1960, un ritmo de contratación persistentemente más lento que el promedio de la recuperación económica—como el que se ha visto en los últimos meses—, “fue seguido más veces que no” por una recesión dentro de los siguientes nueve a 18 meses.

Los signos de advertencia se extienden más allá del mercado laboral.

Economistas de J.P. Morgan Chase han estado evaluando las probabilidades de una recesión usando un modelo que incorpora una gama de indicadores económicos, desde las expectativas de los empresarios a las ventas de automóviles.


El modelo marcaba hasta la semana pasada un 34% de probabilidad de recesión dentro de los siguientes 12 meses. La cifra cayó levemente frente al 36% de principios de mes, pero supera con holgadamente el 21% de enero. Aumentos similares precedieron las últimas tres recesiones.




Las ganancias trimestrales interanuales de las empresas estadounidenses han ido disminuyendo desde finales del año pasado, según el Departamento de Comercio de EE.UU. Es una de las razones por las que Joshua Shapiro, economista jefe de la consultora MFR Inc., ubica en 50% las probabilidades de una recesión el año que viene en EE.UU.



“Es probable que la persistente disminución de la rentabilidad y de los márgenes conduzca a una agresiva reducción de costos, lo que debería afectar al mercado laboral y al gasto del consumidor, que es lo único que mantiene a flote la economía”, aseveró. Su pronóstico asume una recesión en el segundo semestre de 2017, pero “podría ocurrir antes, sin duda”, señala.



El sector fabril sigue siendo una fuente especial de debilidad. La producción industrial en general, de acuerdo con el seguimiento que realiza la Reserva Federal, ha disminuido en una base interanual durante los últimos nueve meses.

Gran parte de la debilidad puede atribuirse a los efectos de los bajos precios del petróleo y el alza del dólar, vientos en contra que pueden comenzar a amainar en los próximos meses. Pero Jason Schenker, presidente de Prestige Economics LLC, subraya que a partir de 1919 la producción industrial nunca ha caído durante tanto tiempo sin que sea seguida por una recesión.

No hay manera de saber con absoluta certeza si se avecina una recesión. Los retrasos en la obtención de datos y las revisiones significan las crisis pueden ser difíciles de identificar incluso después de haber comenzado. Asimismo, el aumento de la preocupación no siempre se justifica.



En septiembre de 2011, las probabilidades de recesión se dispararon a 33%, según la encuesta de analistas privados de The Wall Street Journal. Pero la economía siguió más o menos ilesa a pesar de una racha de contrataciones más débiles, problemas políticos y turbulencias en los mercados financieros.



También hay poderosas razones para esgrimir que lo más probable es que la expansión estadounidense siga adelante.


La menor creación de empleo registrada en mayo podría ser un caso aislado. Otros indicadores del mercado laboral, como las solicitudes de desempleo, se mantienen en niveles saludables.

Sostenido por un mayor crecimiento de los salarios, el consumo ha estado creciendo a un ritmo sólido después de la desaceleración en los primeros meses del año. La presidenta de la Fed, Janet Yellen, citó recientemente el repunte en el gasto de las familias como un “factor clave” en las expectativas del banco central sobre la continuidad del crecimiento económico. De hecho, el crecimiento está en camino de acelerarse este trimestre, después de seis meses flojos.



La consultora Macroeconomic Advisers proyectó el viernes una expansión anualizada de 2,7% del Producto Interno Bruto estadounidense en el segundo trimestre. En otras palabras, EE.UU. todavía está muy lejos de los dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo considerados como la definición más básica de una recesión.

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