jueves, 2 de junio de 2016

El acero en EEUU ( la bobina laminada en caliente) subió a US$ 615 la tonelada por imponer aranceles de 266 % al acero chino que cuesta US$ 361, con lo cual los productos industriales de EEUU como autos etc., han subido mucho y pierden competitividad.// Por JOHN W. MILLER encontrado en el WSJ

El acero en  EEUU ( la bobina laminada en caliente) subió a US$ 615 la tonelada por imponer aranceles de 266 % al acero chino que cuesta US$ 361, con lo cual los productos industriales de EEUU como autos etc.,  han subido mucho y pierden competitividad.

Las barreras contra el acero importado tienen doble filo en EE.UU.


http://lat.wsj.com/articles/SB11586443799963974199604582103163380553668?tesla=y

Nuevos aranceles han beneficiado a las atribuladas siderúrgicas de EE.UU.



Nuevos aranceles han beneficiado a las atribuladas siderúrgicas de EE.UU. PHOTO: REUTERS

Por JOHN W. MILLER

miércoles, 1 de junio de 2016 19:58 EDT

PITTSBURGH—Nuevos aranceles sobre las importaciones están impulsando los precios del acero en Estados Unidos, lo que ha resultado un salvavidas para sus atribuladas siderúrgicas, pero ha elevado los costos para los fabricantes de bienes, desde oleoductos hasta autos.


Los productores de acero que perdieron miles de millones de dólares en medio de una avalancha de importaciones baratas están listos para aprovechar la restricción de la oferta y los precios más altos. Esto representa un cambio en la dinámica de la cadena de suministro, que dependía del acero no estadounidense barato.


“Nuestro gobierno ha hecho un muy buen trabajo al sacar a los tipos que estaban importando el acero más barato”, dice Stuart Barnett, propietario de Barsteel Corp., un procesador y distribuidor de acero de Chicago que vende a varios fabricantes.

“Pero el temor más grande que tenemos es que China se quede con el acero barato y fabrique productos que socaven otras industrias”.



Los aranceles sobre productos de acero de China, Brasil, India, Japón y otros países han contribuido a que el índice de referencia en EE.UU. de bobina laminada en caliente haya subido más de 60% este año, a US$615 por tonelada, tras caer 33% en 2015. En Europa, el índice de referencia ha ascendido 34%.


Durante el primer trimestre de 2016, las importaciones de acero en EE.UU. cayeron a ocho millones de toneladas, una reducción interanual de 29%. Los inventarios también disminuyeron.

En el segundo trimestre, los principales productores de EE.UU. enviaron una serie de cartas anunciando un alza de precios no negociable. Por ejemplo, U.S. Steel Corp. escribió el 15 de abril a sus clientes que “efectivo de forma inmediata, los precios base de todos los pedidos nuevos de productos de laminado plano aumentan US$60 por tonelada”.


El alza en los precios en EE.UU. responde a la medida del Departamento de Comercio de imponer aranceles en respuesta a un exceso de oferta en la industria del acero, especialmente proveniente de China. Algunos impuestos a las importaciones llegan hasta 266%.



Esos aranceles, que se imponen durante un año electoral marcado por promesas de proteger a los trabajadores estadounidenses, les ha dado a las siderúrgicas más poder para fijar los precios y ha limitado las importaciones de algunos productos de acero que son fabricados de forma más barata fuera de EE.UU. Puede que algunos de estos productos ni siquiera se manufacturen en el país norteamericano. Eso está ayudando a los productores estadounidenses. Por ejemplo, los precios de U.S. Steel casi se han duplicado este año.

No obstante, la tendencia está creando problemas para algunos compradores de acero. Brookville Equipment Corp., que fabrica equipo de minería, requiere 10 toneladas de acero para producir una locomotora minera, dice Marion Van Fasson, presidente de la empresa con sede en Brookville, Pensilvania. Los aumentos de costos redujeron el margen de ganancia en una de dichas máquinas en unos cuantos miles de dólares. “No me está matando, pero me encantaría tener acero de menor precio”, agrega Van Fasson.

Una sólida demanda de los sectores de la construcción y automotor también ha ejercido una presión al alza sobre los precios, dicen analistas y ejecutivos.


Para aprovechar el mercado más ajustado, las siderúrgicas están impulsando la actividad. En abril, EE.UU. produjo 6,6 millones de toneladas de acero bruto, un alza interanual de 2,5%, según la Asociación Mundial del Acero.


En tanto, la producción global total descendió 0,5%, a 135 millones de toneladas. En China, el principal productor de acero del mundo, la producción subió 0,5%, a 69,4 millones de toneladas. Los bajos costos y los subsidios permiten que el país asiático ofrezca acero a un precio más bajo. El índice de bobina laminada en caliente de China es de US$361 por tonelada, cerca de 40% menos que en EE.UU.

“Existen quejas de que las acereras están aprovechando un mercado ajustado y que el alza de precios es demasiada y muy rápida”, dice Lisa Goldenberg, presidenta de Delaware Steel Co., de Pensilvania, una empresa de comercialización y procesamiento de acero.

La reducción de inventarios se siente a lo largo de la cadena de suministro. Los tiempos de entrega promedio en EE.UU. han aumentado a 6,2 semanas, frente a 3,6 semanas a comienzos de año, según el índice del acero de Platts.

Las empresas que compran acero de las fundidoras y lo procesan indican que los fabricantes tienen problemas para hallar suministros. Universal Metals LLC, de Toledo, Ohio, que factura US$30 millones al año, dice que vendió 10.500 toneladas de acero al mes en abril y mayo, en comparación con 4.000 toneladas al mes el año pasado y a comienzos de 2016.

Sus clientes, proveedores del sector automotor y fabricantes de acero para construcción, se están apresurando a comprar todo el metal posible, dice Mike Sawyer, vicepresidente de la empresa. “Las siderúrgicas se han vuelto un poco codiciosas”, señala sobre las alzas de precios. “Nadie tiene tiempo de reiniciar su inventario”.

El ejecutivo asegura que es un mercado cíclico. “Nadie pensó en comprar cuando los precios estaban bajos y ahora todos están tratando de comprar cuando los precios están altos”, agrega.

Algunos fabricantes se han resistido. En una carta enviada al Departamento de Comercio de EE.UU., James Kean, presidente ejecutivo de Steelcase Inc., solicitó una excepción y explicó que los aranceles impuestos sobre una clase especial de acero japonés podrían costarle a una de sus subsidiarias entre US$4 millones y US$5 millones al año.

La filial, Polyvision, fabrica pizarras escolares blancas en una planta en Oklahoma, donde emplea unas 50 personas. “Si nada cambia, tendremos que cerrar nuestra planta en Oklahoma”, escribió. “Las escuelas no pueden pagar más por estas pizarras, así que si elevamos los precios para nuestros clientes, usarán substitutos de menor calidad que probablemente no sean fabricados en EE.UU.”

Las automotrices también han estado haciendo lobby contra los aranceles sobre el acero. En un documento presentado el 17 de mayo ante la Comisión de Comercio Internacional, abogados de Ford Motor Co. expresaron preocupación por los impuestos. “La innovación y la calidad de producto son atendidas mejor por una industria siderúrgica estadounidense de vanguardia y competitiva, no una protegida de la competencia”, escribieron. “La disponibilidad de importaciones que se comercien justamente es importante incluso para consumidores industriales como Ford, que tiene una historia larga y demostrada de preferencia de facto por (el acero) producido en EE.UU.”.

Los presidentes ejecutivos de las dos principales siderúrgicas de EE.UU. dijeron que las cotizaciones simplemente habían vuelto a la normalidad. “Los precios están de nuevo donde deberían estar cuando el acero se comercia de forma justa”, afirmó John Ferriola, presidente ejecutivo de Nucor Corp.
El año pasado, “los precios bajaron debido al dumping”, agregó Mario Longhi, presidente ejecutivo de U.S. Steel, que en 2015 perdió US$1.500 millones, cerró plantas y despidió a miles de trabajadores.


Los dos ejecutivos hablaron en el marco de una reciente conferencia sobre acero en Pittsburgh, donde el principal evento fue un panel sobre el exceso de capacidad de China.

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