Pequeños
imprevistos están haciendo subir el precio del petróleo incendios en Canadá,
guerra en Libia y Siria, sabotajes de oleoductos en Nigeria, huelgas en Kuwait,
falta de insumos y maquinaria en Venezuela. Mientras la OPEP no tiene ni el consenso político para
recortar la producción ni la capacidad técnica para incrementarla en forma
significativa.
A
la OPEP se le achica el margen de maniobra
http://lat.wsj.com/articles/SB10585170886685174564904582089081600036376?tesla=y
Un
yacimiento en Arabia Saudita. PHOTO: EUROPEAN PRESSPHOTO AGENCY
Por
Selina Williams, en
Londres, y
Summer Said, en Dubai
miércoles,
25 de mayo de 2016 19:41
EDT
La
Organización de Países Exportadores de Petróleo está perdiendo su capacidad de
atenuar las penurias provocadas por un shock de la oferta.
Durante
medio siglo, la OPEP ha regulado los mercados mundiales de petróleo, limitando
la producción para aliviar un exceso de suministro y aumentándola para prevenir
una escasez.
Ahora,
mientras se aproxima la reunión del 2 de junio,
en la que se debatirá cómo estabilizar los mercados mundiales de crudo, la OPEP no tiene ni el consenso político
para recortar la producción ni la capacidad técnica para incrementarla en forma
significativa.
Desde el año
pasado, sus miembros no han podido acordar un recorte de producción para poner
fin al sobreabastecimiento que hizo caer los precios del crudo más de 50% desde
2014. En lugar de ello, siguieron bombeando a plena capacidad. El resultado es
que, ante las recientes interrupciones del suministro que volvieron a impulsar
los precios, el cartel tiene poca flexibilidad para
elevar su producción.
Este año, la
capacidad ociosa de producción de la OPEP, es decir la que puede desplegar en un plazo
de 30 días y mantener durante 90 días, estará en sus menores niveles desde
2008, según cálculos de la Administración de Información de Energía de Estados
Unidos (EIA, por sus siglas en inglés). La entidad añadió que la capacidad ociosa de la OPEP descenderá
más de 22% en el actual trimestre en comparación con el anterior.
La OPEP
todavía no se ha visto forzada a recurrir a esta capacidad ociosa para
gestionar los recientes cortes de suministro dado que el almacenamiento de petróleo rondó niveles máximos cuando los precios
eran bajos, lo que creó un colchón para amortiguar momentos de tensiones. A
medida que se agote ese inventario y que baje la producción de los países que
no pertenecen a la OPEP, la agrupación podría tener dificultades para
satisfacer la demanda.
La EIA
estima que para el tercer trimestre de este año la
capacidad ociosa de la OPEP habrá caído a 1,25 millones de barriles diarios,
un nivel no visto desde 2008, cuando los precios se dispararon a US$147 por
barril ante la creciente demanda de China.
La capacidad
del organismo de aumentar la producción depende fundamentalmente de su mayor
productor, Arabia Saudita, que históricamente ha tenido casi toda la capacidad
excedente del grupo. Desde que los precios empezaron a caer en 2014, la estatal Saudi Arabian Oil Co., más conocida como Saudi
Aramco, ha reducido sus inversiones en producción nueva.
Las
autoridades del país han dicho desde hace tiempo que pueden elevar la
producción en unos 2 millones de barriles diarios
con respecto al récord actual de 10,2 millones de
unidades al día.
Sin embargo, esos 2 millones de barriles
podrían demorar en llegar al mercado, advirtió una fuente de la industria
petrolera saudita.
“Si hubiera una gran
crisis mañana, entonces Arabia Saudita podría ofrecer alrededor de 500.000,
quizás 700.000 barriles como máximo”, dijo. Saudi Aramco y el Ministerio de Energía no
respondieron a las peticiones de comentarios.
Amin
Nasser, presidente ejecutivo de Aramco, dijo el mes pasado que la compañía prevé incrementar su
producción para acercarla a su capacidad máxima en anticipo a la temporada de
verano en el país, en la que se usa el aire acondicionado debido a las altas
temperaturas.
La capacidad
ociosa de la OPEP está disminuyendo en un momento en el que las interrupciones
del suministro en países ajenos al cartel, como Canadá
y Colombia, además de la violencia en Nigeria,
que sí es miembro de la organización,
han eliminado este mes más de 3 millones de barriles al día de los mercados
mundiales.
La idea de
que la OPEP no estuviera en condiciones de aumentar el suministro en caso de
ser necesario no ha sido un tema que haya preocupado a los mercados mundiales
desde 2008.
Los precios
cayeron tras el estallido de la crisis financiera y el auge de la energía de
esquisto en EE.UU. inyectó enormes cantidades de barriles al mercado. La
demanda china perdió fuerza, los inventarios se acumularon y en 2014 los
precios comenzaron su largo declive.
Hasta hace
unos meses, cuando la cotización del crudo era inferior a US$30 el barril y los
inventarios estaban en máximos históricos, la idea de que el mundo pudiera no
tener suficiente petróleo parecía descabellada.
No obstante,
la convergencia de circunstancias no relacionadas entre sí en África, Medio Oriente y América del Norte recortó el
suministro.
Una crisis política en Libia, por ejemplo, redujo las
exportaciones de crudo.
Los yacimientos y oleoductos nigerianos han sufrido los
ataques de bandidos y saboteadores.
Los trabajadores se
declararon en huelga en Kuwait y
hubo incendios en la
región de arenas bituminosas de Canadá.
Ahora, los
precios avanzan hacia US$50 el barril y los analistas sostienen que los cortes
de suministro pueden continuar. “Puesto que no se trata de un solo corte de
suministro, es más difícil ver cuándo la situación se puede resolver”, dice
Richard Mallinson, analista de la consultora londinense Energy Aspects.
La capacidad
sobrante aparte de Arabia Saudita es escasa. Muchos de los grandes productores
mundiales están extrayendo todo lo que pueden para contrarrestar los menores
ingresos.
Sólo Estados
Unidos, con yacimientos en tierra que son más rápidos de perforar que las
reservas mar adentro, tiene margen para aumentar su bombeo. Sin embargo, la capacidad de los productores de petróleo
de esquisto para incrementar rápidamente su
producción nunca se ha puesto a prueba, y las pequeñas compañías que
producen crudo no convencional podrían necesitar precios más elevados que otros
productores para que la explotación de los nuevos pozos valga la pena.
Eso deja a
Arabia Saudita como la fuente más fiable de producción nueva. Alcanzar la meta de 12 millones de barriles al día que las
autoridades sauditas aseguran que son capaces de lograr requeriría dedicar mucho tiempo a perforar y
desarrollar los yacimientos, sostienen los analistas.
“Si Arabia Saudita
tiene más de 10,5 millones de barriles diarios de capacidad, ¿por qué nunca los
han producido?”,
se pregunta Pavel Molchanov, analista de Raymond James.
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