El
auge africano se desinfla tras una fuga de inversiones
http://lat.wsj.com/articles/SB10930922466183304797904581571172005298458?tesla=y
Zambia es
uno de los países más afectados por la caída de los commodities PHOTO: WALDO
SWIEGERS/BLOOMBERG
NEWS
Por MATINA STEVIS
lunes,
29 de febrero de 2016
19:53 EDT
NAIROBI,
Kenia—Los inversionistas
están retirando su dinero de activos africanos, que hasta hace poco eran
apuestas populares entre los aventureros, en momentos en que una confluencia
tóxica de factores se cierne sobre el continente.
El derrumbe
de los precios de las materias primas, la desaceleración de la economía china y
una seguidilla de políticas fallidas están obligando a los inversionistas a
replantearse el riesgo de invertir en África después de años de optimismo sobre
sus perspectivas de crecimiento.
Las bolsas y divisas han caído en
forma generalizada a lo largo del continente, en especial en las economías más
dependientes de los commodities. Nigeria, la
mayor economía de África y por muchos años una favorita de los inversionistas,
tiene uno de los índices bursátiles de peor desempeño
este año, con una caída de 14%.
El
índice S&P Nigeria BMI perdió más de un cuarto de su valor el año pasado en términos de
dólares, 10 puntos porcentuales más que el índice promedio de mercados de frontera que elabora la firma.
Al
S&P Zambia Index le
ha ido peor en el último año, al colapsar 45%
debido a la caída de las exportaciones de cobre
del país ante la débil demanda de China.
El pasado
septiembre, el presidente Edgar Lungu llamó a un día de oración nacional por la
moneda de Zambia, el kwacha, que perdió 45% de su valor respecto del dólar en
2015.
Los declives
significan que los valores africanos
están rezagados frente a los de otros mercados de frontera. El índice MSCI Africa perdió 19% el año pasado,
considerablemente más que índice general MSCI Frontier
Markets.
El panorama
podría empeorar. El Fondo Monetario Internacional advirtió en enero que el continente crecería en promedio 4% este año, mucho menos que la tendencia de la última
década y apenas por encima del 3,5% de 2015, que fue el ritmo más lento en dos
décadas. Errores de política económica, como la renuencia de Nigeria a devaluar
la moneda o el gasto excesivo de Ghana que provocó una deuda récord, no han
ayudado.
La ola de
malas noticias sobre África también le está restando atractivo como destino
para las multinacionales. El gigante bancario británico
Barclays PLC anunció recientemente que empezará a replegarse en el
continente tras un siglo de inversiones, a través de la venta de su
participación en Barclays Africa Group Ltd.
Los gestores
de fondos dicen que los activos de países africanos han caído debido a su
dependencia desproporcionada de recursos naturales y por no haber aprovechado
el reciente auge de los commodities para industrializar sus economías.
En Angola, Nigeria y Guinea Ecuatorial, el petróleo genera más de 90% de los
ingresos por exportación, mientras que el cobre constituye más de 70% de los fondos que obtiene Zambia de sus ventas al exterior.
“Hay una
reacción a (lo que sucedió) un año antes, a la euforia de nuevos inversionistas
que llegaban a África”, dice Stuart Culverhouse, economista de Exotix, una
firma de consultoría y un fondo de mercados de frontera con sede en Londres. “Están
tratando de retirarse ahora, y no discriminan”.
El resultado
es que los inversionistas de frontera están trasladando su dinero de África a
países asiáticos como Pakistán, Bangladesh y Vietnam, importadores
netos de energía y materias primas que han mostrado una mayor disposición a
industrializarse.
El éxodo de
los inversionistas está golpeando a compañías africanas que deben ajustarse al
pronunciado cambio de perspectivas. A la escasez de opciones para conseguir los
fondos que necesitan desesperadamente, se suma una menor liquidez en los
mercados bursátiles locales.
Ghana
se excedió en sus gastos
y ahora enfrenta una crisis fiscal. PHOTO: STETSON FREEMAN/THE CHRISTIAN
SCIENCE MONITOR/GETTY IMAGES
Las empresas
recaudaron más de US$500 millones en capital fresco en la Bolsa de Valores de
Nigeria en 2014, por ejemplo, pero apenas US$23
millones en 2015. Las compañías enfrentan menores probabilidades de
conseguir financiación y tienen que hacerlo en moneda local devaluada como el naira nigeriano,
en lugar de euros o dólares, que habrían sido respaldados por inversionistas
internacionales que ahora se retiran o
esperan a que pase la tormenta, dice Andrew Del Boccio, director adjunto de
PwC en Sudáfrica.
El cambio
también ha elevado los costos de la deuda soberana, pese a que los países
africanos han frenado su emisión de bonos en los mercados de capitales. En 2014, gobiernos de África vendieron US$12.000 millones en
bonos en los mercados internacionales; el año pasado, el total cayó a la mitad, según Deutsche Bank.
Ghana, sumida en una crisis económica,
emitió el eurobono más caro de la historia de África
a fines del año pasado, al pagar un cupón de 10,75%
sobre US$1.000 millones, mucho más alto que las tasas de interés que el
gobierno estaba acostumbrado a pagar por sus bonos internacionales en los
últimos años.
Si bien
algunas economías africanas de mayor crecimiento son sacudidas por la
turbulencia de los mercados, hay importantes excepciones. Kenia, que se ha vuelto una economía más
diversificada, y Costa de Marfil, el mayor
productor de cacao del mundo, siguen atrayendo inversionistas.
Los
analistas dicen que estos países nadan contra corriente porque son importadores netos de energía y cuentan con
políticas públicas más sólidas que generan confianza.
La bolsa de Costa de
Marfil, por ejemplo, avanzó 7% durante 2015;
la
bolsa de Kenia registró
grandes pérdidas el año pasado pero se ha mantenido en
territorio positivo en 2016.
“Lo que se ve cada vez
más es una colocación de activos más sofisticada dentro de la clase de mercados
de frontera, lo que beneficiará a Kenia, Tanzania y otros importadores de
materias primas y energía”, señala Aly Khan Satchu, presidente ejecutivo de Rich
Management, una firma de inversión con sede en Nairobi.
Algunos
veteranos inversionistas de mercados de frontera dicen que los precios han
caído lo suficiente como para ofrecer oportunidades atractivas a largo plazo.
“Una de las mayores
fallas cuando los inversionistas miran a África es que lo consideran un país y
no un continente compuesto por países y compañías muy distintos”, recalca Laura Geritz, quien gestiona
el fondo Wasatch Frontier Emerging Small Countries, que
tiene US$1.100 millones en activos.
Geritz dice
que un cuarto de los activos de su fondo está invertido en África y que no ha
hecho reducciones en los últimos meses.
“Los países de África
ya no pueden depender de un creciente mercado de exportación de recursos
naturales a China”, sostiene. “África tendrá que depender de su mayor activo: su conjunto de gente
joven, brillante y motivada”.
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