El
gobierno Venezolano de extrema derecha y
pro imperialista de Nicolas Maduro prefiere pagar la deuda externa al imperialismo
y dejar que su pueblo se muera de hambre o de enfermedades (si alguna vez pensó
que el gobierno de Venezuela era socialista, ud jamás leyó un solo libro de Marx
, Engels o Lenin; ud , es como esos yihadistas que se van a combatir a Medio Oriente
y nunca han leído el Corán) (las
importaciones de Venezuela en enero fueron de US$ 106 ; un solo niño de Perú puede
importar más cosas )
En
plena crisis, Venezuela sacrifica todo para poder pagar su deuda
http://lat.wsj.com/articles/SB11790013683443533528404581563120344136668?tesla=y
Gente
haciendo fila para comprar comida, en Caracas. PHOTO: MERIDITH KOHUT/BLOOMBERG NEWS
Carolyn
Cui y Sara Schaefer Muñoz
Actualizado
viernes, 26 de febrero de 2016 0:05 EDT
Venezuela sufre el desplome de los
ingresos provenientes del petróleo, una escasez generalizada, la disminución de
las reservas de divisas y una contracción económica que podría ascender a 8%
este año. Sin
embargo, el país pagará el viernes más de US$1.500
millones a los tenedores extranjeros de bonos.
A pesar de
los frecuentes ataques del gobierno de izquierda a los países “imperialistas”
como EE.UU., Venezuela no ha dejado en ningún momento
de honrar su deuda con Wall Street.
La razón
detrás de la decisión de mantenerse al día en los pagos, según analistas y
funcionarios, es que de no cancelar sus deudas el país
podría perder control de la empresa de energía estatal Petróleos de Venezuela
SA, más conocida como PDVSA. El gigante petrolero proporciona casi todas
las divisas extranjeras que el país utiliza para importar desde leche a
repuestos de maquinaria.
Representantes
del gobierno del presidente Nicolás Maduro se reunieron este mes con
inversionistas internacionales para asegurarles que el país hará todo lo
posible para seguir pagando la deuda, aunque eso signifique recortar
importaciones que se requieren desesperadamente, como alimentos y medicinas,
dijeron personas con conocimiento de las conversaciones. El martes, el vicepresidente de Economía, Miguel Pérez Abad, aseguró
públicamente a legisladores venezolanos que “el Estado va a cumplir su deuda”.
“Es una situación un
tanto extraña ver a este gobierno latinoamericano, socialista, de izquierda,
priorizar el pago a los acreedores extranjeros por sobre las importaciones para
la población en general”, dijo Sarah Glendon, responsable de
investigación soberana para Gramercy Funds Management
LLC, que gestiona unos US$6.000 millones.
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El gobierno
venezolano teme que una cesación de pagos abra la puerta para el embargo de activos de PDVSA como plataformas, refinerías y
envíos de petróleo. Uno de los blancos de los acreedores podría ser Citgo Petroleum Corp., la subsidiaria de la compañía en
Estados Unidos. Citgo, con sede en Houston, opera tres refinerías en ese
país que reciben cientos de miles de barriles de petróleo venezolano al día.
Hay
precedentes de incautaciones de este tipo de bienes luego de una cesación de
pagos. En 2012, un fondo de cobertura de Nueva York logró
que un juzgado de Ghana retuviera un buque de la armada de Argentina anclado en
el país africano como parte la disputa sobre la deuda impaga. Posteriormente,
un tribunal de Naciones Unidas ordenó que la
embarcación fuera liberada.
Este mes, el
entonces zar económico venezolano, Luis Salas,
sugirió en una reunión de gabinete la posibilidad
de una cesación de pagos. Su posición fue rechazada
por el resto del gabinete, que mencionó los riesgos que la medida
representa para la industria petrolera del país, según varias personas
familiarizadas con el incidente. Varios días después, Salas renunció a su
cargo.
Moody’s
Investors Service prevé
que los ingresos de Venezuela por exportaciones de petróleo caerán 40% este año, frente a 2015,
a US$22.100 millones, basado en los precios actuales del crudo. El
precio de referencia que se cotiza en EE.UU. ha descendido 48% desde junio pasado
Cualquier
interrupción del flujo de caja podría agravar los problemas de Venezuela. Con una inflación de tres dígitos y escasez de alimentos y medicamentos, el país ha
empezado a racionar el agua potable e intensificado los
apagones.
“Seguimos pensando que
las personas que se encuentran actualmente a cargo sólo están motivadas para
mantener el pago de la deuda porque es la única manera
de que pueden hacer que siga funcionando esta farsa de país”, dijo AJ Mediratta, copresidente del
gestor de activos Greylock Capital Management LLC.
La deuda del
gobierno venezolano y de PDVSA asciende a US$120.000
millones. Dos tercios de esa deuda están en
manos de fondos de mercados emergentes.
Numerosos
analistas e inversionistas cuestionan la capacidad de pago de Venezuela más
allá del viernes. Las
preocupaciones en torno a una posible cesación de pagos han disparado el costo
de asegurar la deuda en las últimas semanas. Inversionistas y analistas asignan
una probabilidad de incumplimiento de 85% dentro del
próximo año.
En su
esfuerzo para cumplir sus compromisos con los bonistas, el país está gastando las reservas del banco central y reduciendo drásticamente las
importaciones. Las reservas disminuyeron a US$14.560
millones el viernes, su menor nivel de los últimos 13 años, y acumulan una caída de US$1.800 millones desde comienzos de año.
La cantidad de dólares aprobada para importaciones fue de apenas US$106 millones en
enero, una reducción de 87% respecto al
mismo mes del año anterior, según datos del gobierno obtenidos por The Wall Street Journal.
Si los
precios del petróleo siguen por los suelos y el gobierno no realiza cambios
significativos en su política económica, Venezuela enfrentará este año una brecha de financiación de alrededor de US$30.000 millones,
calcula Siobhan Morden, directora general de Nomura
Securities International. “La estrategia parece ser continuar con el
statu quo, cruzar los dedos y esperar que los precios del petróleo suban”,
aseveró. “Y los números no cuadran”.
Al menos un
ejecutivo de PDVSA ha dicho públicamente que el gobierno estaría dispuesto a
llegar a un acuerdo de reestructuración con los tenedores de bonos en lugar de
dejar de pagar. Pero Morden y otros dijeron que es poco probable que los
acreedores se sienten a negociar sin ver un plan económico viable.
Venezuela ha
dejado de pagar otros tipos de deuda. Según Ecoanalítica,
una consultora de Caracas, a finales de 2015 el
gobierno debía US$31.000 millones a empresas privadas tales como líneas aéreas,
proveedores de alimentos y farmacéuticas.
PDVSA
es responsable de gran parte de la deuda de Venezuela.
Pero ninguno de los bonos de la petrolera contiene cláusulas de
acción colectiva que obliguen a todos los tenedores de bonos a aceptar
los términos de una reestructuración acordada con el 75% de los bonistas. La
ausencia de dichas cláusulas podría desencadenar una desordenada y prolongada
batalla con los tenedores de bonos que pueden optar por esperar a recibir un
pago mayor, como lo ocurrido con Argentina tras
la cesación de pagos de 2001. Desde entonces,
Argentina se ha visto envuelta en un litigio con algunos acreedores; el
miércoles trascendió que el gobierno argentino y los principales acreedores
estaban más cerca de un acuerdo.
Otro tema
que complica la situación venezolana es que algunos de los bonos a corto plazo están en manos de inversionistas y fondos
de pensiones nacionales, por lo que es difícil para el gobierno no
cumplir con las obligaciones sin provocar descontento en el país.
Con la
promesa de cambios económicos, una coalición de partidos opositores obtuvo una
mayoría en el Congreso unicameral de Venezuela en las elecciones de diciembre.
Pero sus esfuerzos reformistas han sido bloqueados por
el Tribunal Supremo, que simpatiza con el partido gobernante.
Juan
Forero, Kejal Vyas y Mayela Armas contribuyeron a este artículo.
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