El
MIT está haciendo realidad la película Wall . E para los desocupados y jubilados.
En el año 2115, la Tierra se halla totalmente cubierta de basura en su superficie y por lo tanto los seres humanos la han abandonado, dejando atrás a una serie de robots que se encargan de limpiar y compactar los desechos. De estos robots, el único que se ve en plenas funciones es WALL·E, el protagonista de la cinta.
encontrado en la Wikipedia https://es.wikipedia.org/wiki/WALL%C2%B7E#/media/File:Celestia_earth2.jpg
La
tecnología transformará la vida de los jubilados
http://lat.wsj.com/articles/SB11622436907919414427704581414123125484248?tesla=y
ILLUSTRATION:
ANASTASIA VASILAKIS
Por
JOSEPH F. COUGHLIN
Domingo,
13 de Diciembre de 2015
13:28 EDT
Para la
próxima generación de jubilados, la pregunta más importante será una simple:
¿cómo le inyecta vida a una vida más larga?
A medida que
la gente vive más años, y pasa más tiempo jubilada, el desafío es extraer más
de esos días.
¿Cómo
encuentra una segunda carrera que sea gratificante?
¿Cómo se
mantiene cercano a amigos y familiares?
¿Cómo mantiene la independencia y la
movilidad?
¿Cómo acoge
nuevas experiencias?
La respuesta
es igual de sencilla: tecnología. La
próxima generación de retirados tendrá una variedad sin precedentes de
tecnologías y servicios para inventar un futuro en el que trabajen a medio
tiempo, sigan siendo sociales, se diviertan, vivan en sus hogares, tengan buena
salud y organicen su propio cuidado.
Muchas de
las soluciones serán guiadas por la llamada “Internet de las cosas”, con la cual
los objetos del hogar pueden usar conexiones web para pensar, hablar y comunicarse entre ellos, lo que permitirá
toda una nueva industria de servicios a la carta para los mayores.
Los
electrodomésticos en la cocina van a monitorear la dieta de una persona y enviar
la información al doctor.
Los ancianos
podrán contratar servicios en línea para realizar tareas que se han vuelto muy
difíciles, desde la limpieza de la casa
hasta transporte en auto.
Este nuevo
mundo para los jubilados vendrá con muchos desafíos, entre ellos el costo y la
posible pérdida de privacidad. No obstante, si los retos pueden superarse, las
innovaciones podrían transformar los años de retiro en un período de vida nuevo
y vibrante que se enfoca tanto en vivir mejor como en hacerlo por más años.
Aquí, un vistazo a algunas de las
innovaciones:
Seguir
trabajando
La
jubilación solía marcar una clara frontera entre trabajar y no trabajar. Hoy,
una carrera puede terminar, pero el trabajo no se acaba. Aún existen prejuicios
sobre los trabajadores de la tercera edad, pero nuevas tecnologías están
ofreciendo opciones y flexibilidad.
El trabajo
remoto no es una idea nueva, pero es clave para los jubilados que quieren la
libertad de aceptar cualquier oportunidad que les sirva sin interrumpir su
estilo de vida. Con los teléfonos inteligentes y las tabletas, pueden ser
productivos desde la casa, la playa, o el parque donde juegan sus nietos.
Internet
también facilita el aprendizaje de destrezas a través de cursos en línea que
les ayuden a mantenerse competitivos o ingresar a un nuevo rubro. Instructores
basados en inteligencia artificial y avatares los ayudarán a practicar sus
técnicas de entrevistas de trabajo. Para los que no quieren volver a sentarse
detrás de un escritorio, Internet también ofrece opciones y flexibilidad. Un
ejemplo son los servicios entre pares como Uber y
Airbnb. A menudo no se requiere una capacitación especial o mucha
experiencia para ofrecer viajes en auto o alquilar de forma temporal una
habitación en su casa.
Con
amigos y la familia
A la mayoría
de la gente le preocupa su salud en la tercera edad, pero este factor está
fuertemente relacionado con la capacidad de mantener una vida social.
Aplicaciones como Skype ya permiten tener cenas virtuales con nietos que viven
lejos, pero las comunicaciones prometen salir de los confines de una
computadora o un televisor. Imagínese
toda una pared de su casa donde se proyectan imágenes de amigos, permitiendo
que la gente comparta un café.
Los medios
sociales, por otro lado, serán más especializados y empezarán a apuntar a
adultos de mayor edad que quieran permanecer conectados. Un ejemplo es Connected Living Inc., que en Estados Unidos conecta
entre sí y con sus familias a personas que viven en viviendas para la tercera
edad. Facebook también es una opción.
Los aparatos
de realidad aumentada, como las Google Glass, ayudarán con la memoria. Estas
gafas podrían proyectar información cuando alguien se encuentre con un conocido
como, por ejemplo, la última conversación que tuvieron o los nombres de sus
hijos. Si el jubilado invita al amigo a cenar en casa, pueden proporcionar
instrucciones paso a paso para preparar una cena.
Mantener
la movilidad
La capacidad
de desplazarse libremente es clave para la calidad de vida en la edad avanzada.
El no poder hacerlo reduce el bienestar mental y físico.
En este
caso, las tecnologías autónomas, como el estacionamiento automático, las
advertencias sobre choques y la detección de puntos ciegos en los autos,
permitirán que los jubilados conduzcan por más tiempo. Si se materializan los
vehículos de conducción autónoma, lo único que el jubilado tendrá que hacer es
enviar un texto a su auto para que lo recoja y lo lleve adonde desee. Para los
que no quieren la carga de poseer un vehículo, están los servicios como Lyft y Uber.
Cuando la
movilidad se vuelve un problema, la realidad aumentada de dispositivos Oculus Rift puede ofrecer la oportunidad de visitar un
museo en París o hacer un safari por África, sin salir de la casa.
Una
casa autónoma
Mantener una
vivienda limpia y ordenada puede ser un reto para los jubilados. El Internet de las cosas puede ayudar a
hacer estas tareas. Ya hay sistemas que facilitan el control de funciones
básicas mediante smartphones, como un termostato inteligente.
Los
electrodomésticos también pueden ayudar a realizar o hacer seguimiento de
tareas simples.
Un refrigerador puede mantener un
inventario de los alimentos y hacer un pedido en línea cuando alguno se acabe.
Otros como
la aspiradora Roomba y el Echo de Amazon, una
especie de asistente personal en la forma de un cilindro, pueden ayudar con los
quehaceres.
Otros
dispositivos pueden tener funciones terapéuticas. El
robot Paro es una foca de peluche que ayuda a calmar a personas con
condiciones como demencia.
Monitores
de salud
A medida que
la gente envejece, crece la posibilidad de contraer enfermedades crónicas. Con
la Internet de las cosas, las máquinas podrán mantener detalles que para un
jubilado pueden ser difíciles de recordar durante una cita médica. Un cepillo
de dientes y una cafetera pueden determinar si la persona ha roto la rutina de
sueño y alertar a un doctor, o un espejo
puede detectar señales de problemas cardiovasculares al escanear el rostro.
Un inodoro inteligente podrá reportar el
peso, el nivel de azúcar y otros datos vitales.
Las prendas de vestir también podrían llegar a medir el
nivel de actividad y el ritmo cardiaco.
Una alfombra podría notar si el caminar de un
jubilado se ha vuelto más arrastrado y alertar a médicos y familiares.
Estas
transformaciones, sin embargo, plantean algunos interrogantes. El primero es el
costo. Los servicios de la Internet de las cosas se convertirán en algo tan
conveniente y tan vital que van a tener un costo significativo y necesario. Sin
embargo, la mayoría de las personas no están ahorrando lo suficiente para su
jubilación.
A nivel
individual, ¿qué significa cuando las
viviendas e incluso la ropa están registrando datos sobre la mayoría de los
comportamientos personales? Las cuestiones de privacidad de datos no se
limitan a las personas mayores, por supuesto, pero este segmento es el más
vulnerable de la sociedad.
Por último,
es vital recordar que la tecnología por sí sola no va a resolver nuestros
problemas. Sin importar cuán poderosos se vuelvan los aparatos y
electrodomésticos, nunca podrán sustituir por completo el contacto humano o
eliminar totalmente los dolores y frustraciones de envejecer.
—Coughlin es director de AgeLab, del Instituto Tecnológico de Massachusetts.
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