Polonia
retrocede a la época de las cruzadas : triunfo mayoritario en las elecciones de un partido conservador católico y xenófobo que odia al Islam
Populismo
xenófobo
http://elpais.com/elpais/2015/10/26/opinion/1445893343_097387.html
La victoria del PiS en Polonia es un
grave revés para el proyecto europeo
EL
PAÍS
27
OCT 2015 –
La crisis de
los refugiados se ha cobrado la primera factura política importante en la Unión
Europea: el triunfo por mayoría absoluta
en las elecciones de Polonia del partido Ley y Justicia
(PiS), de orientación ultranacionalista y
que cuestiona objetivos y valores esenciales del proyecto europeo.
Es altamente
preocupante que la sociedad polaca haya sido sensible a la retórica antieuropea
y xenófoba del partido de Jaroslaw Kaczynski,
cuyo talante autoritario ya se apuntó en el periodo en el que fue primer
ministro del país, entre 2005 y 2007.
El PiS defiende una sociedad
cultural y religiosamente homogénea en torno a los postulados de un catolicismo ultraconservador. La crisis de los refugiados
ha sido utilizada en la campaña para reforzar un discurso basado en la defensa
de la nación polaca —y por extensión, de Europa— de una supuesta invasión del islam. Kaczynski no ha dudado incluso en exacerbar el miedo al extranjero con
infundios como que los refugiados sirios están llevando el cólera a Europa.
El resultado
de las elecciones tendrá importantes consecuencias. En el plano interno, puede
dar lugar a un debilitamiento progresivo
de los mecanismos democráticos. El ideario del partido combina las apelaciones nostálgicas a la grandeza de un
pasado imperial, con un modelo de gobierno
intervencionista que desdeña los controles de la democracia liberal.
Aunque se mantengan las instituciones
democráticas, el estilo de gobierno puede acercarse más al que practica Putin
en Rusia que al que define a las democracias europeas.
En el plano
internacional, la victoria del PiS supone un refuerzo de las posiciones que
hasta ahora lideraba la Hungría de Viktor Orbán
en su papel de contrapoder de Bruselas. Siendo Polonia el mayor de los antiguos
países del Este, el reforzamiento de esta posición euroescéptica beneficia a
Vladímir Putin en su estrategia de potenciar cualquier
tendencia o problema que pueda debilitar a la UE.
Mientras
tanto, Europa sigue naufragando en la impotencia ante la imposibilidad de
encontrar la forma de encauzar el éxodo imparable de refugiados. La imagen de
las largas columnas de desesperados atravesando ahora los campos de Eslovenia es el contrapunto a los intentos
voluntaristas de salvar la cumbre que el domingo reunió a 11 países, por
iniciativa de Alemania y el ACNUR, para tratar
de superar el caos de unos países arrojando los refugiados a sus vecinos. Los
líderes del Este expresaron su malestar y acusaron a Alemania de propiciar un
efecto llamada. Pero no ofrecieron soluciones.
El acuerdo
de crear 100.000 plazas de albergue temporal en
los países de llegada —50.000 de ellas en Grecia— es una medida necesaria, pero
insuficiente para encarar una solución definitiva al problema. Y cuanto más se
prolongue la crisis, más oportunidades tendrán los extremismos xenófobos de
capitalizarla.
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