Las
escandalosas mentiras sobre Brasil en 2013 de los narradores de cuentos del Banco
Mundial al descubierto.
Nota del autor del blog: Dijeron en
2013 que Brasil era un país de una pujante nueva clase media emergente , y lo que vemos es un país
proletarizado y con pérdidas masivas de empleo, sumida en recesión que podría durar
años. Además Brasil maquillaba las cuentas fiscales como Grecia
Banco
mundial (estafa, miente, embauca, engatusa) al proletariado brasileño y
continental haciéndoles creer que son la
casi nueva clase media emergente cuando
en realidad solo son el proletariado.
http://economiaytecnologiaentrujillo.blogspot.pe/2013/05/banco-mundial-estafa-miente-embauca.html
Brasil
acapara la preocupación en la cumbre del Fondo Monetario
http://economia.elpais.com/economia/2015/10/09/actualidad/1444383822_284626.html
La primera
potencia latinoamericana se ha convertido en uno de los protagonistas del foro
El FMI pronostica una caída del 3%
para Brasil en 2015
ANTONIO
JIMÉNEZ BARCA
Lima
9
OCT 2015 –
El ministro
de Finanzas brasileño, Joaquim Levy, el jueves en Lima (Perú). / G. GUTIERREZ (BLOOMBERG)
En el Teatro
Nacional de Lima, abarrotado de gente de arriba abajo, el impulsivo periodista
de la cadena estadounidense CNN Richard Qest
preguntó a Joaquim Levy, ministro de Economía brasileño, sentado al lado de la
directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde: “¿Y cómo va a salir su país de la recesión?” La
respuesta (“no es una crisis como la de hace décadas, la estamos digiriendo, nos
apoyaremos en las infraestructuras…”) era menos importante que la
pregunta misma, que el hecho de que todos, en la Reunión anual del Fondo
Monetario Internacional y del Banco Mundial en la capital peruana, se estén
preguntando lo mismo: ¿qué le pasa a Brasil? ¿cómo sale de esta?
La primera
potencia económica latinoamericana —y su creciente y acelerado desmoronamiento—
se ha convertido en uno de los protagonistas de este foro internacional por el
que pasan —o en el que se fijan— los poderes financieros del planeta. La misma directora gerente del Fondo se refirió a Brasil en su
rueda de prensa y recordó que el país retrocederá este
año un 3% y que se espera que el año que viene lo haga en un 1%. Luego
añadió que buena parte de los problemas de la potencia latinoamericana no son
puramente financieros, sino “de gobernanza”.
También los
mercados tienen su ojo colocado en la crisis brasileña. Y con temor. La gestora
de fondos holandesa Robeco, por ejemplo, augura
un futuro preocupante:
“Si las empresas brasileñas no pudieran
encontrar crédito internacional, no lo encontrarán tampoco a nivel local, ya
que no hay suficiente volumen para absorber las necesidades financieras. Así
que si no vemos en el próximo par de meses una solución plausible a la cuestión
fiscal, existe el riesgo de una crisis crediticia que afecte a las empresas de
Brasil”.
La “cuestión fiscal”
es, en resumen, la necesidad de la presidenta Dilma Rousseff, del Partido de
los Trabajadores, de que el Parlamento, en el que su partido se encuentra en
minoría, apruebe una batería de medidas de ajuste impulsadas, precisamente, por
el ministro Levy. A pesar de que la presidenta ha llevado a cabo una renovación
ministerial para contentar a sus aliados en el Congreso, las medidas de ajuste
siguen sin aprobarse.
Mientras, y
para aumentar más el embrollo, el Tribunal de Cuentas
de la Unión rechazó el pasado miércoles los balances
del Gobierno de Rousseff durante 2014. Según los jueces, el Ejecutivo de
la presidenta –que fue reelegida en octubre pasado y que gobierna desde 2010- maquilló las cuentas para esconder el
déficit público, cosa que es delito en Brasil.
La resolución de los jueces impulsa la petición de destitución parlamentaria
(impeachment) propulsada por un sector de la sociedad contra Rousseff. El
desenlace jurídico es impredecible. Muchos especialistas aseguran que el
proceso no acabará en recusación, aunque nadie sabe con
certeza lo que ocurrirá. Al mismo ministro de Economía brasileño se lo
preguntó el jueves el periodista Richard Quest. Levy respondió sinceramente:
“No lo sé”.
Lo que sí es
seguro es que el mismo desarrollo de la causa debilitará más políticamente a
una Dilma Rousseff que ya cuenta con una aprobación raquítica (menos del 10%), y cuyos aliados a la derecha, el Partido do Movimento Democrático Brasileiro (PMDB) son
particularmente volubles e inestables. Desde la izquierda, los miembros más
socialmente comprometidos del Partido de los
Trabajadores critican, por su parte, la deriva de ajustes y austeridad
que Rousseff y su ministro de Economía llevan a cabo. Todo esto, claro está,
merma la ya de por sí mermada desconfianza de los
mercados, los inversores extranjeros y frena la
demanda interna, auténtico motor económico en los años anteriores.
Lo dice el propio FMI —poco amigo de juzgar
políticamente a los países que examina— en su informe sobre América presentado
el miércoles, donde reserva un espacio al caos brasileño. Otro signo más de la
singular importancia que Brasil ha desempeñado en esta reunión de Lima:
"Ha habido una
investigación por corrupción de amplio alcance en la principal empresa
petrolera de Brasil, Petrobras. Se han producido denuncias sobre
irregularidades en la financiación de la campaña de la elección presidencial de
2014 y la evaluación del Tribunal de Cuentas pone en duda las cuentas públicas
de 2014. Todo esto ha activado una gran crisis polìtica". Y concluye: "La interacción de la crisis
política con la crisis económica ha elevado la incertidumbre y ha conducido la
confianza de los consumidores y de las empresas a niveles mínimos históricos”.
También el
economista jefe del Banco Mundial, Augusto de la Torre,
se refirió el martes a Brasil y a su incertidumbre política: "Los datos
macroeconómicos no explican una recesión tan profunda".
……………………………………………
El
ministro del trabajo más difícil del mundo
A.J.B, LIMA
El
presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, dialogando con EL PAÌS antes de la
cumbre del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre los problemas específicos
de Brasil, aseguró: “El ministro de Economía de Brasil, Joaquin
Levy, tiene el trabajo más difícil del mundo”. Él mismo lo demostro el
jueves, en un acto que versaba sobre la Economía Global
compartido con la presidenta del Fondo Monetario,
Christine Lagarde, y el gobernador del banco de Inglaterra,
Mark Carney.
Ahí, Levy
comenzó a hablar de las infraestructuras, centrado sobre todo en autopistas u
líneas férreas, que su país quiere acometer para impulsar la economía. el
moderador, el presentador de la CNN Richard Quest, le replicó: “!Pero si ustedes
no tienen dinero!” Levy, sin inmutarse, le replicó que es verdad que
el Estado brasileño no dispone de dinero para las obras, pero que el plan prevé
que las empresas privadas acometan los trabajos.
Después
trató de convencer, desde esa atalaya privilegiada, de que esas obras
resultarán rentables. Y luego dio, muy tranquilamente, como si fuera fácil, la
receta para devolver la confianza a los inversores (y a los brasileños): “Decir
la verdad a la gente, anunciar los objetivos a cumplir, trazar un plan y
lanzarse a cumplirlo”.
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