Idea
de negocio para islamistas : Coca sale en avionetas desde Perú en narices
de militares; ponerlos a vigilar el narcotráfico "es como poner a cuatro
perros callejeros a cuidar a un plato de bistec (un informe The Associated Press)
http://www.20minutos.com/noticia/b95393/coca-sale-en-avionetas-desde-peru-en-narices-de-militares/
AP 14.10.2015
- 04:05h PST
Ocurre alrededor de cuatro
veces por día, bajo las narices de los militares: pequeñas avionetas
aterrizan en pistas de tierra en la principal
zona productora de coca del mundo, entregan bolsas de dinero, cargan más de
300 kilos de cocaína y parten rumbo a Bolivia.
Alrededor de
la mitad de las exportaciones de cocaína de Perú han salido del país hacia el
este, a través de este "puente aéreo", según la policía, desde que
esta nación andina pasó a ser la principal productora mundial de la droga en el
2012.
El gobierno
peruano no hace mucho por impedir ese flujo de drogas.
Fiscales, policías antinarcóticos,
exoficiales de las fuerzas armadas y agentes antidrogas de Estados Unidos activos y en retiro dicen que, si bien abunda la corrupción en Perú,
la plaga de narcovuelos es posible por la desidia de los militares, ya que
controlan la remota región selvática del valle de los
ríos Apurímac, Ene y Mantaro, conocida como VRAEM.
Wilson
Barrantes, general retirado del ejército que denuncia desde hace tiempo la
corrupción de los militares generada por el narcotráfico, dijo que darle a esas fuerzas el control del valle
"es como
poner a cuatro perros callejeros a cuidar a un plato de bistec".
El
viceministro de Defensa Iván Vega, que dirige
las operaciones de contrainsurgencia en la región, expresó que no tiene
conocimiento de ningún oficial militar bajo pesquisa.
"La corrupción
existe, pero nosotros estamos siempre pendientes", expresó.
"Si sabemos de
alguien, pues le vamos a caer con todo". No obstante, una investigación de The Associated
Press comprobó que las "narcoavionetas" han sido cargadas
con cocaína parcialmente refinada en pistas a minutos por aire de bases
militares en el remoto valle, donde casi no hay caminos y del que salen unos dos tercios de la cocaína
peruana.
Después de
una reunión de gabinete el miércoles, el ministro de Defensa
Jakke Valakivi anunció que el inspector general de las fuerzas armadas
investigaría las acusaciones de corrupción militar.
Minutos antes
dijo que el reporte de la AP era "tendencioso" e indicó que los
militares rechazan la corrupción en sus filas. Antes de publicar su historia, la agencia noticiosa buscó repetidas
veces conversar sobre el asunto con Valakivi, con el comando militar de Perú y
la fuerza aérea, así como con la oficina presidencial. Ninguna respondió.
La cocaína
suele desaparecer en el aire en aviones Cessna 206, cada una con cargas por un
valor de 7,2 millones de dólares en el
extranjero, luego de despegar de esta región selvática del tamaño de Irlanda.
Videos obtenidos por la AP muestran avionetas
que aterrizan en pistas clandestinas en la selva. Agentes de unidades
antinarcóticos especiales de la policía captaron en video las escenas desde
colinas cercanas, pero no pudieron intervenir porque no tenían suficiente
apoyo, según dos agentes que suministraron los videos pero declinaron ser
citados por temor a perder sus trabajos. Son operaciones que toman diez
minutos, llevadas a cabo por lo general apenas sale el sol y rigurosamente
planificadas: Una docena de "mochileros" se presentan en la pista
cuando se acerca la avioneta. Hombres armados con fusiles custodian el lugar.
Se baja el dinero, se carga la droga en la cabina, el motor vuelve a rugir y el
avión parte otra vez. Un piloto acusado de narcotráfico le dijo a la AP que los comandantes militares locales cobran 10.000 dólares por
vuelo para permitirles aterrizar y despegar sin que nadie los moleste.
La
preocupación por los narcovuelos impulsó al Congreso a aprobar una ley en
agosto que autoriza abrir fuego contra las avionetas. Pero hay quienes dicen
que el gobierno no tiene voluntad política de combatir a los narcos porque
desistió inexplicablemente de comprar e instalar radares modernos. ___
GUERRA
CONTRA LA DROGA EN PERÚ: "DISTORSIONADA, INCOHERENTE, INERTE". Cuando el presidente Ollanta Humala
llegó al poder en el 2011 dijo que la lucha contra el narcotráfico sería una de
sus prioridades. Su gobierno ha destruido cantidades récord de hoja de coca, ha
gastado en erradicación más de 60 millones de dólares y es apoyado por Estados Unidos y por la Unión Europea. En un
discurso del día de la independencia el 28 de julio, cuatro años después de
haber asumido el cargo, este exteniente coronel aseguró que el narcotráfico en
el valle había sido contenido. "Hoy puedo decirles que el narcotráfico
ya no es un poder paralelo en el VRAEM", sostuvo Humala.
Sus
detractores, sin embargo, afirman que lo único que se hizo fue permitir que la
mayor parte de la producción de cocaína se traslade al valle, donde no hay
campañas de erradicación y la vigilancia de las autoridades es escasa. Humala también destaca más de 550 misiones
para generar enormes agujeros en pistas clandestinas como si fuese un
triunfo, pero el director de la policía, general Vicente Romero, ha dicho
varias veces que los traficantes llenan en pocos días los cráteres que dejan
las voladuras valiéndose de mano de obra local. La procuradora antidrogas Sonia
Medina dijo en una entrevista que el narcotráfico
fue "de mal en peor" bajo Humala al corromper a políticos, al sistema
legal, la policía y los militares. "No hay una política
coherente", expresó. "¿Qué estamos haciendo con la lucha antidrogas?
(Es) algo completamente distorsionado, incoherente, inerte". Los esfuerzos
de Perú para combatir el narcotráfico palidecen comparados con los de Colombia,
el segundo mayor exportador de cocaína. --Perú confiscó un promedio de 28 toneladas de cocaína o pasta de coca al año entre
el 2011 y el 2014, comparado con las 170
toneladas que incautó Colombia o socios con base en la inteligencia colombiana.
Para Perú eso representa menos del 10% de su
producción potencial. Para Colombia es más de la mitad, según estimados de
Estados Unidos. --Mientras que Colombia ha estado arrestando sistemáticamente a
los principales narcotraficantes en la última década, y extraditando a muchos a
Estados Unidos, donde reciben prolongadas sentencias, Perú
no ha detenido ni enjuiciado a un solo capo del narcotráfico desde el 2005.
--La policía antinarcóticos peruana opera con un
presupuesto anual de 12 millones de dólares y no cuenta con aviones ni
helicópteros. La colombiana, por su parte, dispone de 45 millones de dólares y
de unos 50 aviones y 70 helicópteros,
incluidos Blackhawks.
En Perú se formó una comisión legislativa especial para
investigar la infiltración del narcotráfico en la política después de las
elecciones regionales y municipales en octubre pasado, en las que Medina contó
unos 700 candidatos que estaban siendo investigados o
habían sido hallados culpables de colaborar con el narcotráfico.
Su
presidenta, la congresista Rosa Mavila, dijo que el gobierno de Perú corre
peligro de caer en manos de los narcos. "No es aún narco estado; está en
riesgo de serlo", afirmó Mavila en una entrevista. ___
UNA
COIMA DE 10.000 DOLARES
En el valle de la cocaína rige un estado de
emergencia desde hace nueve años por la continua presencia de rebeldes de
Sendero Luminoso que trafican drogas, quienes han matado más de 30 policías y soldados durante la gestión de Humala.
La policía dice que Sendero es solo uno de los 15 grupos narcotraficantes que
operan en el valle y ha sido reducido a 60 combatientes. Sin embargo, el
gobierno afirma que si destruye cocales en el valle provocaría a una reacción
armada.
"Sería muy estúpido
de nuestra parte que vayamos a querer erradicar. Más bien lo que vamos a
fomentar es la captación de personal para Sendero", dijo Vega,
el viceministro de Defensa. Hay unos 6.000 soldados
distribuidos a lo largo de más de 30 bases, supuestamente para combatir
"el narcoterrorismo".
Por ley, las
operaciones antinarcóticos son llevadas a cabo por menos de 1.000 policías en
el valle. Pero los agentes antinarcóticos dependen de los militares para el
transporte aéreo y muchos se quejan de tener que hacer misiones conjuntas con
los soldados.
En
documentos y testimonios obtenidos por la AP, la policía y los fiscales
antidrogas cuestionaron la confiabilidad de los militares en la lucha contra el
narcotráfico.
Uno de ellos
recuerda haber preguntado por las pistas clandestinas en 2013, en un encuentro
con oficiales de las fuerzas armadas. "Les explicamos que queríamos entrar
a esas pistas", rememora la fuente, que habló a condición de no ser
identificada por temor a represalias. "Ellos sacaron sus mapas donde tenían
conocimiento de que habían pistas por acá, pistas por allá. Pero nunca nos
informaron de todo esto". Se sospecha también que se estaban
filtrando datos de inteligencia a los traficantes. Cuatro fiscales antidrogas
denunciaron esas filtraciones en una carta escrita en mayo del 2014 a su jefe,
de la cual la AP consiguió una copia.
Tres veces
compartieron información con los militares acerca de cuándo y dónde
aterrizarían los vuelos con drogas, señalaron. En todos los casos, los aviones
jamás aparecieron.
Una cuarta
vez se guardaron la información y actuaron con apoyo de la policía. Capturaron
al piloto y el copiloto murió en un tiroteo. Se incautaron 357 kilos de cocaína
y 5.500 dólares en efectivo. La operación de marzo del 2014 fue la única de los
últimos dos años en la que se capturó al piloto, las drogas, el dinero y la
avioneta. En ese período, fueron "capturados" más de dos docenas de
avionetas con drogas. La mayoría eran aeronaves que sufrieron desperfectos y
tuvieron que hacer aterrizajes forzosos. En todos los casos, con excepción de
cinco, los pilotos escaparon. "Ningún avión viene sin medio millón de
dólares por lo menos para pagar la droga, para pagar las pistas y para
corromper a las autoridades", comentó el piloto acusado de
narcotráfico, que dijo que los oficiales
cobraban 10.000 dólares por vuelo para no intervenir.
La AP no
pudo confirmar la afirmación en forma independiente, aunque un investigador
policial de Lima, que habló a condición de no ser identificado para no perder
su trabajo, afirmó que la corrupción de los militares del valle es endémica. "Es todo
negociado invisible", sostuvo el investigador independiente Jaime Antezana, quien dice tener información de
primera mano de gente que tiene miedo de dar la cara en público. "Incluso, en
plena destrucción de pistas se cobran cupo", agregó, usando un
término local que significa coima. Antes del auge de narcovuelos, los militares
enviaban gente al valle como castigo por alguna transgresión, indicó Víctor
Andrés García Belaúnde, legislador opositor y sobrino del finado presidente
Fernando Belaúnde. "Pero finalmente ha resultado ser rentable estar en el VRAEM y hoy
en día hay oficiales que piden ir al VRAEM", señaló.
___ PILOTO DE DEA: SE IGNORA INFORMACIÓN DE INTELIGENCIA
El uso de
radares modernos combinado con la persecución por aire y la interceptación por
tierra pueden reducir significativamente los narcovuelos sin necesidad de
abatir avionetas, según han demostrado las experiencias de Colombia y Brasil.
La red de radares peruanos de la frontera quedó desatendida después de que un
caza peruano abatió por error una avioneta y mató a una misionera
estadounidense y su hija en el 2001, lo que puso fin a un programa para
combatir el puente aéreo manejado por la CIA. Patrick Hardwick, piloto de la agencia antidrogas de Estados
Unidos, DEA, integraba el equipo estadounidense que salió de Perú
después de esa debacle. De vuelta a Lima seis años después, observó con desazón
desde su King Air 350 que los narcovuelos eran una verdadera epidemia. Anotó
los números de las avionetas durante misiones de inteligencia aunque con escaso
resultado. "Fue muy vergonzoso pasar la información y ver que mis superiores
no hacían nada", expresó Hardwick, quien se jubiló el año pasado.
Joseph Moses, portavoz de la DEA en Washington, comentó que, si la inteligencia
que reunió Hardwick hubiera sido buena, sus supervisores la habrían compartido
con la policía peruana.
"Obviamente
queremos que se aproveche esta inteligencia y, dado que no somos la policía de
estos países, la pasamos a nuestra contraparte en el país anfitrión",
manifestó. El gobierno estadounidense dice que los esfuerzos de Perú por
combatir el narcotráfico están mejorando. En un informe de mediados de
septiembre, la Casa Blanca afirmó que Lima había
demostrado "un liderazgo muy eficaz en la lucha contra el tráfico ilegal de
drogas y el crimen trasnacional". Estados Unidos destina más de 50 millones de
dólares al año a actividades antidrogas en Perú. Financia escuelas
policiales, ayuda en la investigación del lavado de dinero, entrena unidades de
la policía y las fuerzas armadas y apoya programas de erradicación y de
cultivos alternativos. Pero no realiza
vuelos de vigilancia con frecuencia, como en Colombia. Y en el 2009 el
Departamento de Estado dejó de prestar a la policía antinarcóticos de Perú su
flota de 22 helicópteros UH-2H. Ahora esos helicópteros, ubicados en la ciudad
de Pucallpa, son usados solo en misiones de erradicación de cultivo de coca. La
embajada de Estados Unidos en Lima declinó una solicitud de entrevista de la
AP. En respuesta a preguntas escritas dijo que no tiene los recursos "para
apoyar operaciones de erradicación Y de intercepción" de drogas al
mismo tiempo. El principal comandante militar estadounidense para América
Latina, general John Kelly de la Infantería de Marina,
dijo a la AP en junio que las rutas del narcotráfico peruano no eran una
prioridad porque la mayor parte de la cocaína peruana es
exportada a Brasil, Argentina y Europa. "La droga que va a Estados
Unidos, en mi opinión, es la más importante para rastrear", declaró. La
embajadora de la Unión Europea en Perú, Irene Horejs, dijo que para la UE es una prioridad ayudar a Lima en combatir el
tráfico de drogas. "Alimenta la corrupción", expresó. "Hay
dinero ilegal que va hacia la política y está desestabilizando el país".
___ FONDOS PARA UN NUEVO RADAR ELIMINADOS DEL PRESUPUESTO
La capacidad
de intercepción aérea de vuelos con drogas dependerá sobre todo de la
instalación de radares. El Congreso todavía no aprobó esos fondos. En
noviembre, el entonces ministro de Defensa Pedro Cateriano anunció planes para
adquirir cuatro modernos radares por 71 millones de
dólares. Presionado por periodistas, su sucesor Valakivi confirmó que
ese dinero había sido retirado del presupuesto de este año. En vez de eso, el
gobierno optó por reparar dos viejos radares TPS-70 fabricados en Estados
Unidos y adquiridos en 1995. El primer radar comenzó a funcionar en mayo.
Ubicado en la ciudad de Puerto Maldonado, en el sudeste, cubre un radio de 400
kilómetros (250 millas), solo una fracción del espacio aéreo peruano. Y eso es
insuficiente, dijo el general de división retirado de la fuerza aérea César
Torres, quien diseñó un escudo de defensa aérea de 11 radares para la extensa
Amazonía peruana antes de jubilarse en 2013. "Una forma de poder
acorralar, hacer disminuir la capacidad tan rápida y eficaz que tiene el
narcotráfico, es cubrir y asegurar el espacio aéreo", dijo Torres.
"El gobierno está demostrando que no le interesa". __ En este
despacho colaboraron el investigador Carlos Neyra en
Lima y el reportero de AP César García en
Bogotá.
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