Clinton
marca distancias con Obama y critica el pacto comercial del Pacífico
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/10/07/actualidad/1444252920_014794.html
La candidata
demócrata, en busca de apoyos en la izquierda, busca un perfil propio en la
política migratoria y medioambiental
MARC
BASSETS
Washington
8
OCT 2015 -
Clinton,
este miércoles en Iowa / SCOTT MORGAN (REUTERS)
La aspirante
demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, se distancia día a día del
presidente Barack Obama. Su oposición, este miércoles, al tratado comercial con
los países del Pacífico, prioridad del presidente en el final de su mandato, se
añade a otras críticas. Clinton, rival del también demócrata Obama en la
campaña de 2008 y después secretaria de Estado en su administración, le
reprocha su política deportaciones de inmigrantes y se sitúa a su izquierda en
la política medioambiental. En la campaña para la nominación a las
presidenciales de 2016, Clinton busca el voto de las bases progresistas del
Partido Demócrata.
La crítica
de Clinton a la Asociación Transpacífica (TPP,
en sus iniciales inglesas), en una entrevista en la cadena de televisión PBS,
es el signo más evidente de que la candidata quiere diferenciarse del
presidente. Excepto el acuerdo nuclear con Irán y el deshielo con Cuba, no hay
otra iniciativa internacional a la que Obama conceda más importancia que el
TPP.
El acuerdo
comercial, que incluye a EE UU y once países más, es esencial, según la Casa
Blanca, para la competitividad de la economía estadounidense y para impedir que China —país que no suscribe el acuerdo—
dicte las normas comerciales.
“A día de
hoy, no estoy a favor de lo que he conocido [del acuerdo]”, dice Clinton en la
entrevista, según extractos filtrados a la prensa. “No creo que supere el
listón que yo he fijado. Creo que todavía hay muchas preguntas por responder”,
añadió.
El
texto del acuerdo,
alcanzado el lunes tras cinco años de negociaciones, todavía no es público. Pero topa con
resistencias, sobre todo, en el Partido Demócrata y en sus bases tradicionales,
entre otras, los sindicatos. El principal rival de Clinton en la campaña
demócrata, el senador por Vermont Bernie Sanders,
se opone al TPP.
Al oponerse
al acuerdo comercial, Hillary Clinton no sólo se distancia de Obama , sino de
sus propias posiciones pasadas.
En 2012,
cuando era la secretaria de Estado de Obama y el acuerdo estaba en fase de
negociación, dijo: “Este TPP fija el patrón oro de los acuerdos comerciales
para abrir un comercio libre, transparente y justo, el tipo de marco en el que
rige la ley y que establece unas reglas iguales para todos”. Su marido, Bill
Clinton, firmó en 1993 el tratado de libre comercio con México y Canadá, uno de
los hitos de su presidencia, y antecedente del TPP.
Asociada con
el establishment de Washington y Wall Street, bajo sospecha por parte de la
izquierda, Clinton necesita reforzar sus credenciales progresistas. Es cierto
que el voto centrista es necesario para ganar las elecciones generales. Pero
también lo es —en las primarias y caucus (asambleas electivas), que empiezan en
febrero y deciden el nominado, y en las
generales— sacar a votar a las bases del propio partido, evitar que se queden
en casa.
Favorita
indiscutida para la nominación, Clinton afronta ahora el ascenso del Sanders, un político que se define como socialista,
casi sinónimo de extrema izquierda en Estados Unidos.
Ecología e
inmigración
Clinton se
esfuerza por colocarse a la izquierda de Obama. Se ha opuesto
a la construcción del oleoducto Keystone XL. La oposición al Keystone
XL, que transportaría petróleo de la provincia canadiense de Alberta al Golfo
de México, se ha convertido en una bandera del movimiento ecologista en Estados
Unidos. Obama no se ha pronunciado.
Este verano,
después de que la Administración Obama diese permiso a la petrolera Shell para
perforar en el Ártico, Clinton escribió en la red social Twitter: “El Ártico es un
tesoro único. Con lo que sabemos, no vale la pena el riesgo de perforar”.
En la
política migratoria, Clinton lamenta que las leyes sobre deportaciones se
interpretasen y se aplican “de manera muy agresiva”. “Esta estrategia ya no
funciona”, dijo esta semana a la cadena hispana Telemundo. Los votantes latinos son clave para los demócratas.
Obama ha
intentado regularizar a millones de indocumentados, pero ha topado con la
oposición de la mayoría republicana en el Congreso y con recursos en los
tribunales. En los primeros años de su mandato, el
número de deportaciones llegó a niveles récord. En 2013, fueron 438,421. Desde
entonces no ha dejado de bajar, hasta llega los niveles más bajos en nueve
años.
El viraje
deja espacio para la posible candidatura del vicepresidente Joe Biden, alineado con Obama. Pero es arriesgado.
Obama sigue siendo popular entre las bases demócratas y, en campaña, ha
demostrado ser un político imbatible.
Algún día se
escribirán las vidas paralelas de Clinton y Obama. De la rivalidad en 2008 a la
reconciliación en 2009, cuando el presidente la nombró al frente del
Departamento de Estado, cargo que abandonó en 2013. Siempre fueron, más que
amigos, aliados de conveniencia.
“Un equipo
de rivales”, como decía el título del libro sobre la Administración Lincoln que
Obama leyó antes de ser presidente. Ya no son equipo y vuelven a ser rivales.
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