domingo, 12 de julio de 2015

Grecia se rinde incondicionalmente al eurogrupo (una capitulación absoluta) tal como lo hizo Japón en 1945 ante las bombas atómicas de EEUU , con la diferencia que Grecia no está en guerra sino que gobierna el cobrador de Alemania. // por PABLO R. SUANZES encontrado en el Mundo.es

Grecia se rinde incondicionalmente al eurogrupo (una capitulación absoluta) tal como lo hizo Japón en 1945 ante las bombas atómicas de EEUU , con la diferencia que Grecia no está en guerra sino que gobierna el cobrador de Alemania.

Nota del autor del blog: debería haber una insurrección que deponga al gobierno traidor.

El Eurogrupo exige a Grecia sus activos como aval del rescate

http://www.elmundo.es/economia/2015/07/13/55a2d87e46163f7e088b4578.html


Acorrala a Tsipras con la posibilidad de una salida temporal del euro

Propone que un fondo luxemburgués supervise hasta 50.000 millones en bienes helenos

Además, se niega a una quita de la deuda


La canciller alemana, Angela Merkel, conversa con Alexis Tsipras, este...



.. La canciller alemana, Angela Merkel, conversa con Alexis Tsipras, este domingo, en Bruselas. J. MACDOUGALL AFP


PABLO R. SUANZES 

Bruselas Actualizado:
13/07/2015

Los líderes de la UE plantearon a Alexis Tsipras la elección más difícil de su carrera: la capitulación absoluta en términos muy próximos a la humillación o la salida del euro.

El Eurogrupo presentó un borrador de acuerdo demoledor, durísimo.
Y los jefes de Gobierno se encargaron de que Atenas lo asumiera. En él se obliga a Grecia a legislar antes del miércoles temas tan espinosos como el IVA, pensiones y privatizaciones.

También se exige a Atenas que transfiera hasta 50.000 millones en activos públicos a un fondo en Luxemburgo, para que sean gestionados "bajo la supervisión de las instituciones europeas".


Tras siete horas de reunión, Grecia había aceptado la mayoría de las líneas rojas como la presencia del FMI en el programa y que no haya quita en la deuda y, en principio, la creación del fondo de 50.000 millones. A cambio, los acreedores cedían en lo fundamental: "La referencia a la posibilidad de que Grecia abandone el euro ya no está en el documento, no tenía sentido", explican fuentes europeas.



Los líderes de la Unión Europea plantearon al primer ministro griego, Alexis Tsipras, la elección más difícil de su carrera: la capitulación absoluta en términos muy próximos a la humillación o la salida del euro. Sin matices, sin grises. Tsipras convocó un referéndum y ayer, sus colegas, antes socios, se tomaron una venganza fría.



El Eurogrupo presentó un borrador de acuerdo demoledor, durísimo. Y los jefes de Gobierno de la Eurozona trataron acto seguido de que Atenas lo asumiera. En él se obliga a Grecia a legislar, antes del miércoles, en temas tan profundos y espinosos como el IVA, las pensiones y privatizaciones. Un acuerdo con la posibilidad de tener que transferir hasta 50.000 millones de activos griegos al extranjero, a un fondo en Luxemburgo, para que sean gestionados y vendidos "bajo la supervisión de las Instituciones Europeas". Una forma de reducir la deuda del país y de intentar que las privatizaciones, esta vez sí, se hagan hasta el final.

Un acuerdo con el FMI y sin quita de la deuda. Y todo ello a cambio de la posibilidad, y sólo la posibilidad, de abrir formalmente las negociaciones. "Hay un componente de humillación, está claro", reconocían fuentes europeas presentes en la reunión. Alemania, sin demasiados tapujos, reclamó la autoría del documento, la responsabilidad del lenguaje y la agresividad.

Tras seis meses de negociaciones, Wolfgang Schäuble tuvo su momento y no tuvo reparos en que el mensaje se difundiera. Pese al riesgo, pese a las consecuencias, pese a que el Gobierno de Tsipras tiene muy complicado resistir tanto al sí como al no de unas propuestas tan duras.

"Estoy aquí para lograr un compromiso honesto. Se lo debemos a la gente que quiere una Europa unida y no divida. Podemos alcanzar un acuerdo si todas las partes quieren", señaló Tsipras a su llegada. La alternativa estaba muy clara.


 Era la última frase del borrador, puesta e impuesta por Berlín:
"En caso de que no haya acuerdo, se debería ofrecer a Grecia una salida temporal de la Eurozona, con la posibilidad de una reestructuración de la deuda". El temido Plan B. "Lo van a aceptar todo, no tienen otra", indicó a EL MUNDO un ministro europeo a la salida.


En Bruselas, ayer, hubo sorpresa. Que Grecia tenía poco margen estaba muy claro, y que la desconfianza es absoluta. Pocos se fían de Tsipras y su Gobierno. Nadie en la UE pensó en ningún momento que un no en el referéndum griego pudiera dar más poder de negociación a Tsipras. Al revés, sabían que se volvería en su contra, porque luchaba contra un muro. Pero tampoco nadie esperaba una propuesta tan rotunda, tan dura. "Es demasiado", reconocían fuentes comunitarias. "Si Tsipras acepta, y cae, ¿qué pasa después?". "Grecia no tiene 50.000 millones que enviar a Luxemburgo. En cinco años de privatizaciones ha logrado menos de 5.000 millones con algunas empresas públicas de éxito", explican desde Atenas. No entienden qué busca exactamente Schäuble.

La redacción de un documento

Este domingo, a las 11.00 de la mañana, el Eurogrupo se volvió a reunir, después de haber interrumpido la víspera las deliberaciones tras nueve horas seguidas. Hubo poca discusión. Los ministros de Economía y Finanzas, con el griego Euclides Tsakalotos de un lado, prácticamente solo, se limitaron a redactar.

Unas propuestas en cuatro páginas que imponen la tramitación parlamentaria, en menos de dos días, de "la racionalización del sistema del IVA y la ampliación de la base imponible para un aumento de los ingresos", medidas para garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones, una ley que salvaguarde la independencia de la oficina estadística oficial, privatizaciones y cambios en la legislación laboral.

"Inmediatamente, y sólo a continuación de la implementación legal de las medidas expuestas, así como todos los compromisos recogidos en este documentos, por el Parlamento griego, quizás pueda tomarse una decisión sobre el mandato de las instituciones para negociar un Memorando de Entendimiento".

Es uno de los párrafos más duros de la historia de la UE. Si Grecia pasa por el Parlamento antes del día 15 todo y se compromete a aplicar el resto de reformas al completo, quizás, y sólo quizás, sea suficiente para que los socios acepten sentarse a negociar los detalles del rescate.

"Es el detalle más tremendo que recuerdo", explican fuentes cercanas. Pero no el único. Tsakalotos dio el visto bueno provisional "al 90% del acuerdo, según el ministro belga", a la espera de que Tsipras confirmara reducir los costes de las administraciones griegas y consultar con las instituciones las proposiciones de ley antes de remitirlas al Parlamento o a "consulta pública".

Vuelve la Troika

A esto se suman las reformas en el mercado laboral. Eso sí, con la presión bilateral de Merkel y Hollande, dos veces, antes del cierre de esta edición. Y "formalizar y facilitar los métodos de trabajo" con las instituciones, "incluyendo el necesario trabajo de campo en Atenas". Que la Troika vuelva a Grecia.

¿Qué obtiene Grecia a cambio de unas concesiones tan brutales? El Eurogrupo "toma nota del posible programa de financiación" de "entre 82.000 y 86.000 millones de euros para Grecia". De los cuales, explica literalmente, 7.000 son imprescindibles antes del 20 de julio y otros 5.000 millones más para mediados de agosto.



El Eurogrupo "reconoce la importancia de asegurar que Grecia pueda poner al día los retrasos con el FMI y con su Banco Central y cumplir con los próximos vencimientos". Los ministros asumen que tendrá que haber un colchón para recapitalizar los bancos de entre 10.000 y 25.000 millones para cuando abran, de los cuales 10.000 vendrían de los fondos que ya tenía reservados el Mede.

"El Eurogrupo es consciente de que una rápida decisión sobre un nuevo programa es una condición para permitir que los bancos puedan reabrir", evitando que la factura de la recapitalización sea aún mayor.

En cuanto a la deuda, el Eurogrupo culpa a "la relajación de las políticas durante los últimos 12 meses". Pese a ello, dice el documento, están listos "para considerar medidas adicionales para aliviar la deuda griega". No todas, claro. "Una quita en la deuda no puede producirse». Es decir, que se pueden incluir «periodos de carencia y alargar los plazos".

Fuentes del ejecutivo griego explican que hay dos líneas rojas "el párrafo del 'Grexit' no puede estar en el documento final" y "la presencia del FMI" en el tercer programa. "Si no tuviéramos una pistola en la cabeza ni se plantearía que pudiéramos aceptar", han explicado.

Tras siete horas de reunión, según fuentes europeas, Grecia había aceptado la mayoría de las líneas rojas. Como la presencia del FMI en el tercer programa y que no haya quita en la deuda. El fondo de 50.000 millones lo aceptaría en principio, aunque los detalles de su funcionamiento y composición tendrán que ser analizados con calma. Eso sí, una cosa clara: "la referencia al Grexit ya no está en el documento, no tenía sentido", explican fuentes europeas.

El Fondo será clave. Al FMI le gusta la idea, pero cree que un total de 7.000 millones de euros es mucho más realista que uno de 50.000. La ubicación, la gestión y los procedimientos siguen en el aire. "Hay muchos tipos de activos en la lista: edificios, tierra, empresas de agua, la red eléctrica. No hay prisa, no es una venta urgente", indicaron fuentes del Ejecutivo español al ser preguntadas por el valor de mercado de todos esos activos ahora mismo.

La clave, coincidían desde las Instituciones, Grecia y el Gobierno español, es el BCE. Que el mensaje que le llegue a Draghi y el Consejo de Gobierno sea lo suficientemente rotundo como para que actúe y mantenga o eleve la línea de liquidez de la banca. Porque el efectivo se acaba en los cajeros, y es, ahora mismo, el gatillo de la pistola que apunta a la cabeza de Tsipras.


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