martes, 28 de abril de 2015

Colombia, un laboratorio clave en la lucha contra el Alzheimer por Sara Achaefer Muñoz del WSJ

Colombia, un laboratorio clave en la lucha contra el Alzheimer


http://lat.wsj.com/articles/SB12608484119488814059804580609163152792250?tesla=y


Por SARA SCHAEFER MUÑOZ

martes, 28 de abril de 2015




Una trabajadora cafetera de 36 años ingresa a una máquina de tomografía PET para iniciar una prueba clínica de Alzheimer. Carlos Villalon for The Wall Street Journal

EL RETIRO, Colombia—En este municipio en las colinas onduladas del norte de Colombia vive Gudiela, una mujer amable de 47 años, madre de dos hijos y quien, en opinión de los científicos, puede ayudar a descubrir una cura para el mal de Alzheimer.


Gudiela es parte de una familia extendida cuyos miembros, debido a un centenario giro genético, probablemente tengan un raro gen que causa la enfermedad a una edad temprana y que puede desembocar en demencia total a los 45 años.

 


Municipios remotos colombianos como El Retiro, no contaminados por significativas mezclas genéticas, ofrecen un vistazo a muchas enfermedades en su forma más pura. Carlos Villalon for The Wall Street Journal

Gudiela es una de varios cientos de participantes en una prueba clínica de US$100 millones de un medicamento de la farmacéutica suiza Roche Holding AG ROG.VX -1.97%  que ha convertido a este municipio remoto de Colombia en la zona cero de la batalla mundial contra el Alzheimer.


El estudio, financiado por Genentech, la filial de Roche en Estados Unidos, junto con los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU. y un brazo del Instituto de Alzheimer Banner de Phoenix, es uno de los mayores y más recientes intentos de la industria para poner a prueba una teoría que se baraja desde hace tiempo: que la acumulación de una placa de amiloide en el cerebro es la principal causa del Alzheimer.

La esperanza es que la medicina de Roche bloquee o desacelere el proceso de la formación de amiloide, o la cadena de eventos que la activan.

 



Gudiela forma parte de una familia cuyos integrantes son propensos a llevar un gen inusual que conduce a una etapa inicial de Alzheimer. Carlos Villalon for The Wall Street Journal

Las farmacéuticas han inyectado miles de millones de dólares en pruebas de medicamentos que atacan la amiloidosis, pero hasta ahora han tenido poco éxito. La creencia en tratamientos tempranos ganó terreno en marzo, cuando una droga de Biogen Idec Inc. BIIB -3.75%  que apunta a la amiloidosis desaceleró el declive cognitivo en un pequeño estudio de pacientes con síntomas prematuros y leves de Alzheimer.


Aquellos que respaldan la teoría de la amiloidosis sostienen que las pruebas pasadas han fallado debido a que fueron conducidas en pacientes en etapas muy avanzadas de la enfermedad. En la prueba que se desarrolla en Colombia, en cambio, los investigadores esperan obtener mejores resultados si empiezan el tratamiento antes de que los síntomas se manifiesten y se registre un daño severo en el cerebro en personas que de otra manera desarrollarán con seguridad la enfermedad.

El estudio en Colombia “es ampliamente considerado como un hito y la puesta a prueba casi perfecta de la hipótesis de la amiloidosis”, dice Murali Doraiswamy, un investigador líder en el campo del Alzheimer del Instituto Duke para las Ciencias del Cerebro, quien no participa en el estudio.




Un paciente durante un análisis de escáner PET para detectar Alzheimer presintomático. Carlos Villalon for The Wall Street Journal

Gudiela no sabe si tiene el gen, pero dice que es imposible no pensarlo dos veces cuando en ocasiones no se acuerda dónde dejó las llaves o se olvida de una cita. Los investigadores pidieron que no se revelara su nombre completo para evitar la estigmatización de su familia o poner en riesgo el estudio que empezó en 2013. Los resultados finales se conocerán cuando el último de los participantes complete cinco años en la prueba, alrededor de 2020, dicen los investigadores. Antes de esa fecha se realizará un análisis intermedio, que puede no hacerse público.


“Es importante si se puede encontrar una cura para la familia, mis hijos y mis nietos”, dice, con su hija Isa sentada a su lado.

Si las inyecciones antiamiloides aplicadas durante el estudio frenan la acumulación de placa, junto con los síntomas de Alzheimer, la prevención podría estar en el horizonte, sostienen expertos.

La idea del amplio y ambicioso estudio se originó gracias al trabajo de Francisco Lopera, un neurólogo colombiano de 63 años de la Universidad de Antioquia que durante 30 años ha tratado de desenredar los misterios de esta forma agresiva de Alzheimer, cuya incidencia es frecuente en esta parte del país.





Francisco Lopera, de la Universidad de Antioquia, lleva 30 años buscando una cura. Carlos Villalon for The Wall Street Journal

Después de tratar en 1984 el caso desconcertante de un hombre de 47 años con demencia extrema, Lopera empezó la cuidadosa, y a menudo dolorosa, búsqueda de otros afligidos con síntomas similares. El médico ha pasado años compilando una base de datos de 4.300 personas pertenecientes a familias con el riesgo genético del mal. La tarea ha incluido caminatas de Lopera y otros científicos a las casas de los pacientes en poblaciones remotas o esperar que ellos viajen a Medellín a registrarse, algunas veces a caballo.


También inició el delicado trabajo de conseguir las donaciones de cerebros de familias de pacientes con la enfermedad neurológica. Su colección hoy llega a 250, que son mantenidos congelados en el “banco de cerebros” de la universidad para su estudio.

Recientemente en su laboratorio, levantó la donación más reciente de su baño de formol y examinó la masa amarilla y gris en busca de señales de Alzheimer.

“Este no se ve tan mal”, dijo, considerando el tamaño y el peso. “Unos están tan deteriorados (que) pesan la mitad de uno normal”.

 


El doctor Francisco Lopera sostiene un cerebro donado para investigación en el complejo de Antioquia. Carlos Villalon for The Wall Street Journal


“Lo que ha hecho en relación a la identificación de este conjunto de familias (…) es un logro monumental”, afirma Mike Varney, jefe de investigación y desarrollo temprano en Genentech. El científico agrega que el estudio no habría sido posible sin el trabajo de Lopera en la región: todos los participantes en las pruebas fueron sacados de su base de datos.

En la gran mayoría de los casos, las personas tienen genes que los hacen susceptibles al Alzheimer, pero no es seguro que desarrollarán la enfermedad. La investigación de Lopera se enfoca en los pacientes con una de las mutaciones genéticas, E280A Presenilin-1, que con seguridad es la causa de una forma temprana de la enfermedad. Esto los convierte en un grupo de prueba perfecto: puesto que desarrollarán Alzheimer, mostrarán la efectividad de la nueva medicina antiamiloide, crenezumab, para detener la enfermedad.


Unas 300 personas participan en el estudio, de las cuales poco más de 200 tienen la mutación genética. La mitad de las 200 recibirá el medicamento y las otras un placebo. Los restantes 100 no son portadores y recibirán un placebo.





Una participante de la prueba clínica en un hospital en Medellín en donde se lleva a cabo la investigación de Alzheimer. Carlos Villalon for The Wall Street Journal
La manifestación temprana de Alzheimer vista en los residentes del norte de Colombia equivale a menos de 2% de los casos de Alzheimer en el mundo y la mayor concentración de personas con este tipo de la enfermedad se encuentra en el departamento de Antioquia, dicen investigadores. La región permaneció aislada por cientos de años tras la colonización española, lo que resultó en matrimonios entre varias decenas de familias y en que la mutación se reprodujera a lo largo de generaciones, dicen investigadores e historiadores.

Los genetistas dicen que Antioquia es un tesoro para estudiar enfermedades como el Alzheimer, así como trastornos bipolares, enfermedades cardiovasculares y diabetes juvenil. La llamada población endogámica de Antioquia, y sus municipios aislados como El Retiro, no está contaminada con mezclas genéticas significativas. Este factor ofrece una ventana a muchas enfermedades en su forma más pura, mostrando síntomas y patrones previsibles que facilitan su estudio, dicen los investigadores.

Para aquellos en riesgo y sus familias, el estudio es por ahora su única esperanza. Gudiela tiene recuerdos frescos de la batalla de libró su padre contra el mal. La enfermedad lo atacó después de los 50 años y provocó conductas desconcertantes, como poner piedras en su boca, lustrar obsesivamente sus zapatos o lavar su cara en el inodoro.

“Fue muy duro”, cuenta. “Vivía perdido”.

 

Jean Duvalier Torres cuida a su esposa, Gladys, de 55 años, que tiene demencia completa.
Lopera señala con aire reflexivo que el trabajo de su vida ha sido guiado por la factura brutal que la enfermedad les pasa a las familias.

Jean Duvalier Torres, de 50 años, cuida a su esposa, Gladys, quien a los 55 ya tiene demencia completa. La alimenta, le compra pañales de adulto y le lava el cabello. Si no está en un estado agresivo, la lleva a su puesto de jugos, donde gana unos US$6 al día. Si está agresiva, se quedan en casa y no comen.

“Era muy buena compañera”, dice mientras gentilmente la mantiene en sus rodillas en su apartamento en Medellín. “Me gusta que el ensayo clínico pueda ayudar, aunque sea demasiado tarde para ella”.

 

Gladys en su casa en Medellín. Carlos Villalon for The Wall Street Journal

Jeanne Whalen contribuyó a este artículo.

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