sábado, 13 de septiembre de 2014

El Estado Islámico, un desafío geostratégico mundial encontrado en expansión o en WSJ edición en ingles.

El Estado Islámico, un desafío geostratégico mundial

http://www.expansion.com/2014/09/07/economia/politica/1410112684.html








07.09.2014

Gerald F. Seib y

 Bill Spindle. Wall Street Journal 2


El reto va más allá de conseguir que enemigos acérrimos trabajen juntos: se trata de derrotar a esta nueva amenaza. 

Las alianzas entre Occidente y los países de la zona son demasiado frágiles.


El Estado Islámico, un desafío geostratégico mundial

En base a los crueles cálculos de la política de Oriente Medio, la amistad siempre se ha basado en algo muy simple: el enemigo de mi enemigo es mi amigo. 


El Estado Islámico (IS) está dando lugar a numerosas amistades.

 De las filas de aquellos amenazados por lo que muchos consideran el movimiento belicista más peligroso en una generación está emergiendo un dispar conjunto de compañeros o potenciales compañeros de cama que trasciende los límites geográficos, ideológicos y de alianzas.


Los musulmanes chiíes de Irán y los sunís de Arabia Saudí han sido enemigos acérrimos desde al menos 1979, cuando el gobierno revolucionario del ayatolá Ruhollah Jomeini quiso inspirar revoluciones similares en el mundo suní. 



Ambos países temen ahora el movimiento radical islamista armado del IS, que quiere usurpar el liderazgo que ellos reivindican.


Esto llevó a Irán y a Arabia Saudí a respaldar al mismo candidato para liderar Irak, en un esfuerzo por conseguir un Gobierno que pudiera unir a sunís y chiíes para combatir al IS. 


Turquía desconfía y trabaja contra la etnia kurda, en especial el PKK, que opera al norte de Irak. Pero los turcos miraron hacia otro lado cuando las milicias kurdas sirias afiliadas al PKK jugaron un papel destacado en el rescate de miles de yazidíes de combatientes del IS.



Rusia y EEUU están enfrentados por Ucrania, pero coinciden en que el Islam violento del IS pone en peligro el orden global en el que ambos países compiten.

 El IS ha tenido un altercado incluso con Al Qaeda, el grupo que lo engendró. 


La facción oficial siria de Al Qaeda, conocida como Frente Al-Nusra, se ve superada tácticamente y sufre las burlas del IS. Así que se ha unido a la lucha contra él.


Puede que estos países y movimientos estén en desacuerdo prácticamente en todo, pero nada aclara más las ideas que una amenaza mortal. 


Teniendo en cuenta no sólo la violencia del IS sino también su potencial para derribar regímenes y fronteras, todos parecen estar de acuerdo en una cosa: hay que detenerlo. 


Los analistas exponen que Obama debería formar una alianza de reticentes. 


Queda por ver si eso es posible y si EEUU posee la astucia y la influencia para unir a fuerzas tan dispares.


En una región donde estados como Irak y Siria se están fragmentando, Zbigniew Brzezinski, un exasesor en seguridad nacional de EEUU, aboga por un enfoque centrado en el conjunto de lo que clasifica como estados viables –Turquía, Irán, Egipto, Israel y Arabia Saudí– para que hagan frente al IS.


Las autoridades estadounidenses reconocen en privado que no disponen de muchas opciones para derrotar al IS, pero están explorando vías para formar una coalición de trabajo.


Los aliados coinciden en que emparejar a unas facciones a menudo tan antagonistas no es una tarea sencilla. 


Los retos van más allá de conseguir que enemigos acérrimos trabajen juntos. 


Aun cuando pueden forjarse esas alianzas, su naturaleza es frágil, llena de contradicciones internas y dificultades prácticas. 


Como los pactos son a menudo secretos, todas las partes tienden a sacar provecho, disfrutando de los beneficios de la otra parte sin cooperar ellos mismos. 

Por ejemplo, la administración Obama teme que el régimen de Assad pudiera aprovechar los bombardeos estadounidenses contra los combatientes del IS para concentrar a sus tropas terrestres en la lucha contra los grupos rebeldes sirios respaldados por EEUU.


Y cuanto más se aproxime EEUU a un enemigo, más probable es que los viejos amigos se sientan ofendidos. 

Por ejemplo, si se acerca a Irán, podría tener que hacer serios esfuerzos para mantener el apoyo de Israel y Arabia Saudí, y viceversa. "Si cooperas con un grupo, pierdes a otro", advierte Emile Hokayem, un analista de seguridad en Oriente Medio del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos. "Queda bien sobre el papel, pero es imposible de poner en práctica".


Los recientes acontecimientos han mostrado que las naciones que están normalmente o públicamente en desacuerdo pueden trabajar juntas entre bambalinas. 

Las relaciones entre Egipto e Israel se vuelven cada vez más tensas. 

Pero ambos han trabajado juntos para asfixiar a la organización palestina Hamas, a la que consideran una amenaza. 


De hecho, resulta curioso ver a EEUU remar en la misma dirección que Irán, el principal partidario del régimen sirio de Assad, en la lucha contra el IS.


Los combatientes sunís del IS ya se han hecho con el control de una gran parte de Siria, y han iniciado la ofensiva contra las milicias chiíes y el Gobierno chií iraquí al que Irán apoya. 


Tanto EEUU como Irán niegan una coordinación abierta o encubierta. Sin embargo, Irán se unió a EEUU a la hora de presionar al líder iraquí Nouri al-Maliki para que abandonase el cargo. 

Y ambos países están prestando ayuda militar directa a los combatientes kurdos en Irak para hacer frente al IS.


Ambas partes se apresuran a señalar sus numerosos puntos de desacuerdo, y tienen cuidado para dejar otros asuntos a un lado de las negociaciones sobre el programa nuclear de Irán. 


Al mismo tiempo, algunos observadores creen que un acuerdo en torno al programa nuclear podría mejorar la cooperación entre EEUU e Irán en otras áreas, como la lucha que mantienen contra el IS.


Otros se muestran más escépticos sobre una relación de trabajo entre EEUU e Irán o, sobre todo, Siria. Esto se debe en parte a un problema a la hora de ejercer influencia a través de intermediarios: nunca está claro cuánta influencia poseen realmente los intermediarios.


Aunque Irán ha sido un destacado defensor de Assad, eso no quiere decir que su régimen siga las órdenes iraníes. El régimen de Assad se ha opuesto o ha minado varias iniciativas de Irán para negociar acuerdos para poner fin a la violencia en Siria, según fuentes familiarizadas con estas situaciones.
Alianzas


Ryan Crocker, un exembajador de EEUU en Irak y Siria, sugiere la posibilidad de una alianza con el Frente Al-Nusra, que ya trabaja abiertamente con grupos rebeldes apoyados por EEUU en Siria, y mantiene comunicaciones con Catar, aliado de Washington

Muchos han visto en esto una señal de que Al-Nusra quiere negociar con los cataríes para que se le tenga en cuenta en una configuración contra el IS.


Otro aliado de EEUU para ganar la batalla es Turquía, un país musulmán cuya extensa frontera con Siria incluye áreas controladas por el IS. EEUU y otros países han mostrado su preocupación por el apoyo de Turquía a algunos grupos islamistas radicales, aunque no al IS, y esperan que coopere de forma más activa.


Turquía está permitiendo el rearme por parte de EEUU e Irán de los grupos kurdos iraquíes, cuyas milicias combaten al IS. Los grupos kurdos iraquíes han forjado estrechos vínculos con los turcos en los últimos años, tras décadas de enemistad. Algunos analistas señalan que Turquía, además de EEUU, puede terminar viéndose obligado a aceptar un papel más activo de las milicias kurdas sirias que se enfrentan directamente al IS, pese a los vínculos de esos grupos con los combatientes kurdos que han atacado Turquía en el pasado.


Crocker sugiere que, dentro del proceso de cooperación internacional, se podría convencer a un país rico como Arabia Saudí para que otorgue préstamos preferentes a Turquía a cambio de una mayor cooperación en la lucha contra el IS.


Los saudíes ya han tenido que aceptar por primera vez un Gobierno liderado por chiíes en Irak. Ahora, según muchos analistas, tendrán que tragar saliva e instar a las tribus sunís de Irak a que apoyen a ese Gobierno contra el IS si quieren derrotarlo. Y es más. Esta semana el ministro de Exteriores de Arabia Saudí se reunió con el secretario de Estado de Asuntos Exteriores iraní.

Es el encuentro de más alto nivel desde la elección el año pasado del presidente iraní Hasan Rouhani. Un enemigo común puede acercar incluso a iraníes y saudíes.


La amenaza del IS también crea puntos en común para EEUU y sus colegas en el club de las grandes potencias, Rusia y China


Obama ve al IS no solo como una amenaza para sus intereses en Oriente Medio, sino también como una fuente potencial de atentados terroristas. 


Rusia ve una fuerza que amenaza con crear vínculos y fomentar más activismo entre los islamistas chechenos con quienes el presidente Vladimir Putin ha mantenido una cruenta lucha.


China ve un grupo que amenaza con inspirar más actividad entre los ya nerviosos islamistas de la provincia noroccidental de Xinjiang. 

Pese a ello, las tensiones de Washington con Pekín y Moscú en otros frentes están interfiriendo en la cooperación, especialmente desde la anexión de Crimea por parte de Rusia y su intervención en el este de Ucrania.


Sea cual sea el grado de cooperación internacional contra el IS, la pregunta es qué forma adoptará. Hay poca comunicación entre algunos de los candidatos a trabajar juntos, y pocas alianzas en vigor surtirían efecto bajo esas condiciones. 

Eso implica que la cooperación probablemente sería ad hoc o secreta, o que se improvisaría alguna estructura nueva.


Zalmay Khalilzad, que fue embajador de Irak y de Naciones Unidas, ha sugerido la creación de un 'grupo de contacto' en el que los grupos regionales puedan coordinar la estrategia, y el nombramiento de un enviado para supervisar sobre el terreno la ejecución de los esfuerzos coordinados.
Cumple sus amenazas

Steven Sotloff ha sido el último de los dos periodistas asesinados por el Estado Islámico, que cumplió su amenaza de hacerlo si EEUU mantenía su intención de combatir contra ellos. El también estadounidense James Foley fue el primero de los reporteros que resultó decapitado por el grupo que lo mantenía secuestrado. Ambas muertes fueron grabadas en vídeo y distribuídas por este grupo. Otro rehén, David Cawthorne Haines, podría ser la próxima víctima del verdugo, presuntamente británico, que cometió los otros asesinatos.

Nota del autor del blog:
 Con respecto al El primer periodista Foley los islamistas pidieron dinero y los familiares ofrecieron pagar, pero vino la NSA y amenazo a la familia con cargos penales por financiar a las guerrillas islámicas  y dijeron que pedían 100 millones de dólares, en realidad lo hicieron para que lo maten y eso sirva de excusa para una intervención.
 Luego el 2do periodista Sotlof era ciudadano israelí además
Israel financio sus estudios 10 años.

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