viernes, 18 de octubre de 2013

El crudo de Medio Oriente agrava las tensiones entre China y EE.UU. extraìdo del WSJ

El crudo de Medio Oriente agrava las tensiones entre China y EE.UU.

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Por Brian Spegele, en Beijing y
 Matt Bradley, en Amarah, Irak

La marina de EE.UU. se encarga de mantener la seguridad de los envíos de crudo en el Golfo Pérsico.

China está comprando más petróleo de Medio Oriente que Estados Unidos, intensificando las tensiones diplomáticas entre los dos países en torno a la seguridad en la región.

El gigante asiático superó a EE.UU. como importador del crudo del Golfo Pérsico hace algunos años, según algunos parámetros. Ahora, se dispone a sobrepasar a EE.UU. como el mayor comprador del petróleo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), el bloque exportador de energía formado principalmente por países de Medio Oriente.

El cambio ha agravado las tensiones ya que implica que el ejército estadounidense está protegiendo los crecientes envíos petroleros de China en la región, en un momento en que el gobierno chino resiste la presión de Washington para que respalde su política en Medio Oriente.

Durante años, China y otros países consumidores de petróleo se han beneficiado de la inversión de Washington de miles de millones de dólares para vigilar vías clave para el traslado del petróleo, como el Estrecho de Ormuz. No obstante, el boom de la industria del gas y petróleo de esquisto en América del Norte ha colocado a EE.UU. en camino de superar este año a Rusia como el mayor productor del mundo de petróleo y gas combinados, si es que no lo ha logrado ya, según un análisis reciente de The Wall Street Journal.
El auge, junto a una estabilización del consumo de crudo en EE.UU., está haciendo que el país dependa menos del crudo importado, incluyendo el de Medio Oriente, mientras que aumenta la dependencia de China del petróleo de la región.

Las importaciones de China del crudo de la OPEP promediaron 3,7 millones de barriles diarios en el primer semestre, comparado con los 3,5 millones de EE.UU., según la consultora Wood Mackenzie. Al ritmo actual, las importaciones chinas anuales del petróleo de la OPEP superarán a las de EE.UU. por primera vez este año, anotó Wood Mackenzie. India ocupa el tercer puesto, al recibir unos 3,4 millones de barriles diarios. En 2004, en cambio, EE.UU. importó unos 5 millones de barriles diarios de la OPEP y China 1,1 millones, señaló Wood Mackenzie.

Las importaciones chinas de países de la OPEP como Arabia Saudita, Irak y los Emiratos Árabes Unidos, se han disparado en los últimos años según datos del gobierno chino.

China supera a EE.UU. en otras mediciones. La Administración de Información de Energía de EE.UU. (EIA, por sus siglas en inglés) proyectó en septiembre que las importaciones netas de petróleo de China procedentes de todo el mundo ascendieron a 6,3 millones de barriles diarios en septiembre, versus los 6,2 millones de barriles diarios de EE.UU. La EIA define las importaciones netas como el consumo de total de combustible líquido menos la producción interna.

China, igualmente, pronto importará más crudo del Golfo Pérsico que lo que importó EE.UU. en su punto máximo en 2001, según la EIA y la aduana china. China sobrepasó a EE.UU. como comprador de crudo del Golfo Pérsico en 2009, según las cifras.

El ascenso de China como un comprador dominante en Medio Oriente presenta un acertijo tanto para EE.UU. como para el país asiático. Para China, significa que su economía depende en parte del petróleo proveniente de una región controlada por el ejército estadounidense. Cuando las embarcaciones cargadas de petróleo salen de los puertos del Golfo Pérsico en dirección a China, dependen en gran parte de la vigilancia de la quinta flota de la marina estadounidense.

Washington, por su parte, tiene que justificar un gasto militar que beneficia a un país que muchos estadounidenses perciben como un rival estratégico y que, a menudo, no apoya la política exterior de EE.UU.

Las señales de tensión están saliendo a la superficie. Beijing ha pedido garantías de que Washington mantendrá la seguridad en el Golfo Pérsico, puesto que China no cuenta con el poder militar para hacerlo, según fuentes al tanto.

En reuniones bilaterales que han tenido lugar desde al menos el año pasado, las autoridades chinas han buscado garantías de que el compromiso de EE.UU. hacia la región no se está debilitando conforme el gobierno de Barack Obama ha prometido prestar mayor atención hacia el este de Asia, indicaron fuentes al tanto.

A cambio, las autoridades estadounidenses han presionado a China para que ofrezca un mayor apoyo en temas como la política con respecto a Siria e Irán. Por ejemplo, las autoridades estadounidenses han exhortado a China a que reduzca las importaciones de crudo de Irán, según una persona con conocimiento de las conversaciones.

China ha sido el blanco de las críticas de líderes estadounidenses que la acusan de obstruir las medidas enérgicas contra el régimen sirio en Naciones Unidas.
Funcionarios estadounidenses han comunicado a los chinos que un flujo estable de la energía procedente de Medio Oriente requerirá una mayor colaboración de Beijing en el futuro, indicaron personas al tanto.

El Ministerio de Relaciones Exteriores de China indicó, en un comunicado para responder preguntas para este artículo, que el comercio de petróleo entre China y Medio Oriente era "de beneficio mutuo y de acuerdo con las normas internacionales de negocios", agregando que China buscaba inclusión política, prosperidad económica y paz y estabilidad en la región.

EE.UU. ha dominado la seguridad en el Golfo Pérsico desde los años 70. Recientemente, ha utilizado ventas de armas para fortalecer a sus aliados regionales, como Arabia Saudita, con el fin de que asuman un rol más preponderante en la seguridad regional.

Asimismo, aliados de EE.UU. han incrementado sus bases militares en la región.
Las Fuerzas de Autodefensa de Japón instalaron en 2011 una base en Yibuti para ayudar a vigilar las rutas marítimas, y
Francia inauguró una base en 2009 en los Emiratos Árabes Unidos.

La capacidad de China de demostrar su poder en la región es limitada. No cuenta con el armamento ni la experiencia para vigilar activamente las zonas de conflicto o las rutas marítimas. Su mayor despliegue militar en la región se dio durante operaciones modestas contra la piratería cerca de la costa de Somalia.

Para mitigar las crecientes tensiones en torno a la seguridad energética y otros asuntos, Washington y Beijing organizaron el año pasado una reunión anual de diplomáticos de ambos países llamada Diálogo de Medio Oriente EE.UU.-China. Pero las reuniones a puertas cerradas han generado resultados limitados, indicó una persona al tanto. Un comunicado de prensa del Departamento del Estado de EE.UU. de la segunda de las reuniones anuales, en junio, indicó que EE.UU. daba la bienvenida a que China jugara "un rol más activo y positivo en la región de Medio Oriente".

El presidente Obama señaló en la ONU que su país seguía resuelto a supervisar el flujo de energía de la región. "Aunque Estados Unidos está reduciendo gradualmente la dependencia del petróleo importado, el mundo sigue dependiendo de la provisión de energía de la región, y una interrupción severa podría desestabilizar toda la economía global", sentenció.


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