sábado, 2 de marzo de 2013

El dinero fácil podría acelerar el avance hacia la próxima crisis. del WSJ


El dinero fácil podría acelerar el avance hacia la próxima crisis.

http://online.wsj.com/article/SB10001424127887324662404578334633614326670.html?mod=WSJS_inicio_MiddleTop

Por FRANCESCO GUERRERA

Cuando partes de los mercados se están sobrecalentando, principalmente debido a las políticas de relajamiento de los bancos centrales en todo el mundo, la carrera hacia la próxima crisis está en marcha.
Conducir por encima del límite de velocidad en las autopistas de los mercados de acciones y crédito se siente bien, principalmente gracias al combustible barato que brindan las autoridades monetarias.

Pero, a la larga, el abismo aparecerá.
La parte de "a la larga" es el factor determinante: nadie sabe cuándo se acabará la vía, y hasta que suceda, es rentable permanecer en la carrera.

La pregunta es cuándo y cómo, la Reserva Federal y sus pares decidirán retirar el enorme apoyo que le han dado a la economía global.

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Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de EE.UU.

"A futuro, la preocupación debería ser cómo saldrá el mundo de esta especie de realidad nueva", sostiene Alexandre Tombini, presidente del banco central de Brasil. "Requerirá mucha habilidad y muchísima atención."

Hay que reconocer que la Fed ya está debatiendo el tema. Pero hay una gran diferencia entre debate y acción.
 La realidad ya ha comenzado en algunos rincones del sistema financiero.
Sólo que no sabemos dónde.

"Inevitablemente habrá que tomar decisiones en un entorno de incertidumbre significativa", advirtió Jeremy Stein, uno de los gobernadores de la Fed, en un discurso reciente. "Esperar una prueba decisiva del recalentamiento del mercado podría representar una política implícita de inacción".

Con ese espíritu, él y otros han estado señalando segmentos del mercado que muestran un comportamiento de burbuja. A continuación, una lista (no exhaustiva) de tres de ellas.

1. Finanzas apalancadas

La emisión de bonos "basura" se encuentra a máximos históricos y los diferenciales de crédito —el retorno extra que requieren los inversionistas para comprar estos valores más riesgosos— cayeron de forma marcada recientemente, aunque siguen en línea con el promedio previo a la crisis.

Eso, es sí mismo, no significa que los bonos de alto rendimiento causarán la próxima crisis sino simplemente que podrían ser una muy mala inversión.
Otro factor, sin embargo, les debería dar a los inversionistas algo para pensar. Nuevas investigaciones de Robin Greenwood y Samuel Hanson, de la Universidad de Harvard, sugieren que cuando la emisión de deuda de alto rendimiento como porcentaje de la emisión total de bonos se encuentra en niveles elevados, los rendimientos de los futuros de bonos tienden a ser bajos. Las noticias no son buenas. La emisión de bonos basura ascendió a alrededor de 37% del total en 2012, bien por encima del promedio histórico de 30%, según la Fed.

2. Finanzas a corto plazo

Todos los ojos están puestos en los "repo", acuerdos a corto plazo en los que las instituciones financieras canjean efectivo por valores. La crisis financiera mostró cuán vulnerable a las sacudidas repentinas eran los repo y cómo sus problemas podían repercutir en todo el sistema. En este frente, el riesgo parece estar aplacado: las transacciones de repo se ubican en valores cercanos a la mitad que antes de la crisis.

El discurso de Stein, sin embargo, apunta a otro rincón de las finanzas a corto plazo: los fondos de inversión y los fondos que cotizan en bolsa que invierten en bonos de alto rendimiento. Los flujos a estas inversiones han aumentado notablemente. Son fondos líquidos que invierten en activos ilíquidos, y un cambio en la política monetaria podría desatar una corrida y causar problemas para partes del sistema financiero.

3. Fondos de inversión en bienes raíces

En particular, los fondos de este tipo que compran valores respaldados por hipotecas emitidos por entidades con lazos gubernamentales. En 2000, este tipo de fondos administraban unos US$15.000 millones. Para fines de 2012 se había disparado a alrededor de US$400.000 millones.

La forma en que estas entidades ganan dinero es una fuente de riesgo inherente. Se benefician del diferencial entre el retorno sobre los valores y la tasa que pagan para financiar sus compras en el mercado de repos. Un aumento en las tasas de los repo, o una caída en los retornos, podría llevar a los inversionistas a retirar fondos con rapidez, desestabilizando potencialmente este mercad

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