sábado, 10 de noviembre de 2012

Curiosamente el Presidente Rajoy y guerrillas maoístas de la cumbre comunista internacional de Madrid del 27 de octubre condenan el separatismo de Cataluña


Curiosamente el Presidente Rajoy y guerrillas maoístas de la cumbre comunista internacional de Madrid del  27 de octubre condenan el separatismo de Cataluña .

 Buenas en la cumbre internacional d e Madrid no participaron partidos socialistas o comunistas que salen a tomarse fotos para las portadas de los diarios y dan entrevistas con fraseología radical para engatusar a los ingenuos ,  sino gente que se foguea de a verdad en la lucha armada  y no venden los principios por un plato de lentejas .
Estos últimos en la cumbre maoísta de Madrid dicen que las bases proletarias de Cataluña no están participando en las grandes marchas, yo lo entiendo como que para los fines comunistas hay que unir al proletariado y no desunirlo en autonomías y nacionalismos aislados.

Rajoy: Mas no tuvo “agallas” contra la crisis y se inventó un enemigo exterior
http://politica.elpais.com/politica/2012/11/10/actualidad/1352544235_177985.html
Asegura que el “chantaje” del 'president' es “una aventura condenada al fracaso”
CARLOS E. CUÉ Tarragona 10 NOV 2012 - 14:39 CET

 
Al cuello de Artur Mas. Y de paso también del PSOE, para arañarle votos. Mariano Rajoy está lanzado ya en su segundo día de campaña catalana. Y se lanza directamente contra el president, que según él no ha tenido “agallas” para aguantar las decisiones difíciles de una crisis y se ha buscado un enemigo exterior. Pero sobre todo, le acusa de haberle hecho en La Moncloa un “chantaje” –nunca había usado esta palabra hasta ahora tan directamente- para lanzarse después a “una aventura condenada al fracaso”, esto es su plan independentista.

“El buen gobernante no rompe la baraja. Su obligación es abordar los problemas y no salir corriendo hacia ninguna parte. Mientras el mundo crea espacios comunes, deja atrás las fronteras, algunos creen que el futuro de Cataluña pasa por rodearse de muros exteriores y cavar zanjas entre los catalanes”, ha dicho Rajoy.

“No hagáis caso a los que quieren dividir, a los que buscan enemigos exteriores, a los que dicen que hay desafección; no es verdad, ese es el argumento de quien no tiene cuajo ni agallas para aguantar”, al frente de un Gobierno en crisis, ha rematado el presidente.

Para los socialistas también ha tenido un mensaje duro. El PP aspira a ser el segundo partido por el hundimiento del PSC y pretender robar votos de todos, del PSC y también de Unió. “Hoy unos improvisan proyectos de ultima hora para ocultar su falta de proyecto nacional, ¡quién te vio y quién te ve PSOE!”, ha señalado en referencia a la apuesta por el federalismo.

Siempre en tono durísimo, Rajoy ha planteado que solo el PP puede frenar al independentismo y ha pedido los votos de todos, sin ideologías, para defender la unidad de España: “El día 25 no se vota una política económica concreta. Pido el voto para los que se sienten catalanes y españoles. Votar por la Cataluña de todos, por el amor compartido de Cataluña y España, no es de izquierdas ni de derechas. Pido el voto de quienes viven un catalanismo integrador. El 25-N hay que votar por lo que nos une. Para una Cataluña como punto de encuentro”. Si hace dos semanas recuperó la idea de la España plural, en la que hoy ha insistido, Rajoy ya se anima incluso a reivindicar el catalanismo.

“Mas vino a La Moncloa y planteó si no haces lo que yo digo disuelvo y organizo este lío. Ese chantaje no se puede aceptar de ninguna de las maneras”, ha insistido Rajoy para rematar: “El proyecto de Mas es una aventura condenada al fracaso”.

Mientras, Alicia Sánchez Camacho, la candidata del PP, también se ha lanzado contra Mas: “No queremos un mesías que nos lleve 40 años por el desierto como hizo Moisés. Mas nos lleva a un discurso de hispanofobia. No necesitamos un Gobierno que nos lleve al abismo y a la tierra prometida que nunca llegará. Este es el único partido serio para defender la unidad de España”. Sánchez Camacho prometió que el PP, si gobierna, eliminaría precisamente lo que acaba de implantar otro Gobierno del PP en Madrid: el euro por receta.

El líder del PP elogió el trabajo de la líder del partido en Cataluña y la puso como garante de la pluralidad: "Solo Alicia Sánchez Camacho puede frenar a quienes pretenden apropiarse de una Cataluña que es plural y es de todos. La voz de Alicia es la voz de quien no tiene miedos ni complejos. De los que proclaman sin miedo que se sienten españoles. No queremos que nadie imponga a nadie sus ideas porque España es plural y Cataluña también es plural".

Un pequeño grupo ha interrumpido durante un momento el mitin de Rajoy al grito de “No es una crisis, es una estafa”. Los militantes los han echado bruscamente a gritos de “Fuera, fuera”, mientras Rajoy trataba de calmar a su gente. “Venga, venga, vamos, vamos”; insistía. Tanto en Lleida como en Tarragona el presidente se ha encontrado con pequeños grupos a la entrada de sus mítines que le abucheaban.
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Anti-metafísica del proletariado: algunas paradojas del evolucionismo “revolucionario” en España


Note que el cartel no dice conferencia en Perú sino conferencia en Madrid

por c. T. continuación lea solo la parte subrayada con rojo pues este sr expuso en forma individual,  y digamos para una élite, y no para las grandes masas.tiene una forma difícil de comunicarse.
Ponencia para la Conferencia Internacional del
Movimiento Popular Perú,
Madrid, Octubre de 2012



       ¿Qué rumbo de relaciones interclase están imprimiendo en España las recetas de empobrecimiento notable aplicadas sobre proletariado, pequeña burguesía, campesinos y ganaderos, burguesía media productiva y aristocracia obrera, por inspiración de aquello que Sarkozy llamó “necesidad del Capital de re-fundarse” durante las reuniones de Bloque que sucedieron al infarto del parásito/padrino estadounidense?.

       Incluso si eludimos cuestiones relativas a la mutación de la consciencia en sí en consciencia para sí, y al papel en ello de los comunistas, ¿es cierto que el gran re-ajuste impreso sobre las condiciones de las “clases subalternas” y del proletariado -con toda su pareja sociología evolutiva de distorsión de rostros, de demacrado y de nuevos rostros, especies sociales...- esté haciendo de catalizador a una re-acción apreciable y acumulativa siquiera refleja, instintiva, defensiva, entre los órganos dominados bajo el cuerpo social?.
       ¿No será el espectáculo, dirigido por y al servicio del Bloque imperialista declinante y de sus filiales oligárquicas “nacionales”, quien, por su vocación de tragarlo y reciclarlo todo para re-lanzarlo como imagen arrojadiza, hipertrofia la anécdota en “acontecimiento” a pronunciar desde su propia lógica intestina de lucha entre fracciones y hacia ella misma?. Supuesta “espontaneidad” sonorizada y engullida por el revival espectacular de “las dos Españas”, poco más que duelo entre colosos financieros escenificado: Botín contra el BBVA, Gas Natural contra REPSOL, y, por consiguiente, MEDIAPRO contra El Mundo y el PSOE contra el PP -ayer Falange contra el Opus Dei.
       ¿Hablamos de “acontecimientos” derivando hacia un “punto de no retorno”, o en el fondo estamos hablando de vistosos espasmos motrices y pataletas cuyo agitar no acarrea desplazarse cualitativo de coordenadas y quizás ni siquiera avance cuantitativo en calendario más allá de una fecha roja?. Tanto da: sea el caso uno o lo otro, ¿de qué campos de clase hablamos realmente, de qué confluencias y de qué jerarquía ordenadora de formas y de objetivos más allá de la multiplicidad de presencias que confluyen?.
       Cuando algunos comunistas formulan sobre la supuesta “clase en movimiento”, el diagnóstico de estar marcándose su ruta de pasos desde una fatal abducción en el espectáculo, y a continuación retan a “la clase” a escapar del espectáculo bajo su guía, ¿no será el comunista en esa escena, el único preso del espectáculo que denuncia?. ¿No estará simplemente confundiendo la identificación de su “objeto de clase”?. ¿Quién le ha dicho al comunista que la contradicción entre base social y sentido objetivo del movimiento, es una relación de falsa consciencia?; ¿Quién le ha dicho que no se trata de una relación presidida por la perfecta coherencia de tal base con su condición aristobreril sedienta de explotar, en su beneficio y en su Bienestar, nuevas Providencias económicas ofertadas por las Potencias imperialistas a cambio de obtener entera sumisión política y de ahondar si cabe en la dependencia económica?: “Catalunya, nou Estat d' Europa”.
       Al fin y al cabo, la aristocracia obrera es una clase parasitaria que debe su Ser al sol imperialista que más caliente, y lo sabe, o lo intuye. Incluso si en Catalunya salió a caminar ciega en sí misma respecto del trasfondo de interés objetivo propio, su red de órganos de clase (sindicatos, corporaciones administrativas, prensa, partidos, tejido cívico, asociacionismo...) es ojos y lazarillo. Sensor agudo en captar por dónde despunta el sol que más calienta -si por el Norte, o el Oeste, o más al Oeste allende el Atlántico-, y hábil en sacar a su clase a la calle.
       Cito la movilización del 11 de septiembre en Catalunya, porque no faltaron allí las comparsas comunistas, recorriendo la riada irracionalista con escuálidos fajos de octavillas en mano -triste caricatura del arma de la dialéctica, aún por reconstituir-, prestas esas comparsas a “elevar la dimensión de clase ínsita a la conciencia nacional” e incluso a “re-situarla como fuerza directriz del proceso nacional”..., ¡cuando, en realidad, el proletariado catalán fue el gran ausente!. Él: superviviente en sus barriadas castellano-hablantes, de condición inexistente hasta para sí mismo, como tragado por un agujero negro de silencio espectacular que lo destierra cada mañana a una dimensión de no-oficialidad y por tanto de irrealidad. “Algunos se llaman profundos porque van a pescar a lagos muy profundos, donde no hay peces. A eso ni siquiera le llamo yo superficial” (Friedrich Nietzsche).

       Presumir activación de acción colectiva en respuesta a un golpe abrupto a las condiciones de subsistencia y a las condiciones de auto-reproducción posicional en la estructura -un shock social-, se ha demostrado en España a contraluz de los años de “crisis” nada más que eso: presunción. “La disputa acerca de la realidad o irrealidad del pensamiento -un pensamiento aislado de la práctica- es una disputa netamente escolástica” (2ª Tesis sobre Feuerbach). Excepción hecha de la aristocracia obrera, clase que sí está protagonizando en España sonada guerra y usando para sí a quien se le agregue, lo cierto es que el resto del espectro social lesionado por la llamada “crisis” ha yacido marcadamente inerte en sí mismo (otra cosas son las comparsas y su toque de palmas a la aristocracia obrera).
       Bien es verdad que ese cuadro exceptúa al Movimiento 15-M y a su Plataforma y sus derivados, como el 25-S. Este movimiento es muy interesante desde la perspectiva revolucionaria, albergando en sí la contradicción siguiente: en lo subjetivo, enarbola un rechazo total abstracto del poder y de la política. Mientras en lo objetivo, y sin consciencia de sus implicaciones, este movimiento está centrando su problematización tanto en la cuestión del poder como en la relatividad de la democracia; es decir, en su realidad o irrealidad con arreglo a su carácter de clase y a su propiedad popular o no popular. No obstante, ello lo hace a través de gestos y de conceptualizaciones muy limitados todavía, producto de esa auto-limitación subjetiva.
       Huelga decir, a todo esto, que estoy hablando de acción colectiva sostenida, fuera de episodios fugaces o pintorescos que pierden su huella dejándola en los archivos digitales del espectáculo. Y hablo, en cualquier caso, de acción colectiva, ocasionadora de un impacto registrable y repercusor sobre la conciencia, lejos pues del solo rechistar en boca del taxista, de la pescadera o de las copiosas filas ante la caja de pago. Un rechistar quizás tornadizo, quizás prolongado en sus ecos, pero que en cualquier caso llevamos escuchando o pronunciando en España al menos desde el siglo XVI, con revoluciones o, normalmente, sin ellas.
       ¿A qué esperan los paradójicos evolucionistas “de la Revolución”?; ¿a que haya hambre y ésta desborde el caudal, al que encauzar con profesionalidad revolucionaria?. Hambre ya hay, y porta en sí su actuar adaptativo por medios ilegales cuando la subsistencia ya no cabe en la legalidad burguesa: sonadas apropiaciones de mercancías y ocupaciones de espacios mercantiles. Nada menos; y nada más.
       Y el avance y extensificación del hambre, de los desahucios..., ¿irá llegando preñado de algo que no sea la mera proliferación correlativa de tales actos adaptativos, su organización, su maduración dentro de su propia Lógica de clase en sí y no para sí, etc.?. ¿O acaso gracias a la provisión comunista de su “suplemento de alma” -de conciencia-, este curso desatado podrá validar la premisa hegeliana de transformación de la cantidad en cualidad?.
       ¿No será que estaríamos más bien acercándonos a ese funesto punto paralítico que Marx describiera?: clase reducida a masa indefensa, desarticulada, vendida a derivar con los vientos del Capital y sometida a un apuro supervivencial de tal envergadura que apisonaría sus horizontes hasta límites de mero poder sacar la nariz un ápice por encima del lodazal e ir respirando “gracias al” mejor postor. Ello sin descartar el emerger de  consabidas formas de lucha, pero insertas en idéntica racionalidad, sólo que esta vez coordinando una colectividad esfuerzos individuales encaminados a proveer un poco más de oxígeno pantanoso a uno u otro individuo participante.    

       Entre comunistas, somos testigos demasiado a menudo en España, de cierta euforia evolucionista; éxtasis dimanado de la fe en la fuerza de los acontecimientos, que habrían de ir haciendo fermentar y madurar una materia lista en su mismo ambiente y en su misma composición química, para pasar a ser procesada por las “manos correctas”.
       Estas manos, a su vez, habrían de ser perfecto objeto de forja por obra automática de la sociología compleja que elabora una distribución diferencial de aquella Physis del acontecer y la concreta a ésta distintamente en tanto que frutos: es como si las ideas se salieran de la realidad que las encierra implícitas, y rodaran a través de un plano inclinado hasta ir acumulándose sobre ciertas coordenadas particulares, tocando a las puertas cerebrales de los sujetos. El espontaneísmo situacionista lo explicaba así de fácil: la teoría situacionista es un producto de la sociedad espectacular-mercantil, tanto como la cibernética o el ciclotrón; el espectáculo produce a los ojos que saben leerla.  
       El pensamiento descrito es, en el fondo, puro utopismo parejo a aquel viejo utopismo pre-marxista que ensoñaba llamar a la puerta de los directores sociales y convencer demostrando el juicio inscrito a sus cartapacios, a sus planos y a sus Tratados. En ambos momentos el cientificismo está elucubrando una esencia a-histórica latente en su objeto humano de acción, esencia que, por si fuera poco, pesa más que las relaciones entre las clases, sus luchas, sus intereses, ideologías y dialéctica de transformaciones.
       Toda la diferencia estriba en que, donde el viejo utopista decía “conciliación pensante del sujeto con los valores humanos”, “nuestro” nuevo evolucionista dice “proletariado”, y donde aquél escribía “Razón”, éste escribe “historia”. En el viejo caso, la base ideológica consiste en un objetivismo -que no objetividad- de signo idealista: lo objetivo, ente ajeno a contradicción mundana, ente que vale para todos, se impone sobre lo subjetivo a través de haberse encarnado en Idea comunicable. En el caso personificado por el evolucionista “comunista”, la base ideológica es de un objetivismo -que no objetividad- de cariz sin embargo materialista: lo objetivo, por su mismo curso inmanente, se auto-produce de un lado como idea focalizada en una franja particular, mientras de otro lado se auto-produce como receptividad respecto de la idea en el ámbito de una generalidad de clase. Generalidad a la que no restaría más que escuchar el lenguaje conscienciador de esa esencia que su propia práctica social ha producido en sí.
       “El materialismo anterior, globalmente considerado (sin exceptuar el de Feuerbach), concibe el elemento objetivo, la realidad, la sensorialidad, bajo la forma, exclusivamente, de objeto o de visión. Nunca como actividad sensorial humana. Nunca como práctica. Nunca, en suma, subjetivamente. Y ésa es su insuficiencia básica. Insuficiencia que explica, por otra parte, que el lado activo no haya sido desarrollado sino de manera abstracta, y en oposición al materialismo, por el idealismo -que, naturalmente, no conoce la actividad real, sensible, como tal” (1ª Tesis sobre Feuerbach).

       Bajo el mecanicismo evolucionista se esconde un abuso dogmático de la correcta premisa de Marx que conecta el ser social proletario (definido por la posición proletaria en el orden productivo, como por su alienación de los medios de subsistencia y de su producción misma) con la síntesis de dos cualidades en ese ser: necesidad y capacidad revolucionarias. La tergiversación mecanicista suele confundir la determinación a necesitar hacer y a poder hacer, con la determinación a hacer, cuestión última que requiere de la adición de voluntad a la capacidad, para transforma a ésta última en poder consumado (poder político), y no ya en mero poder consumar.
       Pero la característica dogmática de este marco reside sobre todo en hacerse y propagar una representación abstracta del ser social proletario -en efecto invariante en tanto que substancia-; el dogmatismo, al desvestir la esencia general respecto de las concreciones contextuales que la atraviesan y que la producen a ésta en una dialéctica de fenómeno-esencia, des-realiza la substancia al estar pretendiendo desnudarla y purificarla. Haciendo abstracción de lo concreto -de ese acopio de caracteres y de relaciones contradictorias que Georg Lukács llamaba “mediaciones” y que operan en unas y otras condiciones históricas-, el dogmatismo degrada la substancia del ser social hasta el bajo punto de hacer una metafísica del proletariado, a quien re-elabora como entidad supuestamente indistinta para todo el arco histórico capitalista y la totalidad de sus épocas, periodos, contextos y coyunturas. Este ejercicio conduce al dogmatismo a mantener y a obedecer de modo fetichista a un postulado de espejismo ya pulverizado por Lenin en ¿Qué hacer?: el mito del proletariado abstracto, entendido como generalidad de composición y concebido en su generalidad práctica, realizando en sí y por sí su potencia revolucionaria inmanente.

       Esta precisa falsificación metafísica vuelve a la carga arruinando todo balance a propósito de cómo la evolución capitalista con arreglo a épocas sucesivas, y su desarrollo de las clases y de las capas, ha afectado dialécticamente al proletariado bajo las Potencias y los Estados imperialistas, a sus representaciones, a sus relaciones interclase, a sus intereses inmediatos no históricos de clase en sí (clase del capitalismo), a sus expectativas, identificaciones y emulaciones subjetivas, tanto como a sus perspectivas reales de integración, de consumo y de subsistencia.
       Sin ir más lejos, esta metafísica social percibe las clases y sus relaciones tal y como la física clásica comprendía la materia de composición atómica: las relaciones quedaban reservadas a los átomos en calidad de estructuras totales, resolviéndose como síntesis moleculares, mientras las partículas subatómicas permanecían en una mismidad impermeable a las demás estructuras correlativas.
       Pero la física cuántica nos muestra una realidad micro-física transversal, donde la materia elemental se relaciona atravesando estructuras permeables, para integrarse en órbitas y en campos de acción que dejan así de ser ajenos. Por lo demás, los recorridos elementales trastornan las estructuras y las mutan.
       Este patrón de realidad se reproduce al nivel superior de la materia social o materia consciente: no hay un proletariado y una aristocracia obrera metafísicos e inmersos en una relación que produjera solamente efectos “hacia afuera”. Existe, en cambio, una dialéctica “plasmática” e inter-determinante, donde, por ejemplo, franjas enteras del proletariado colindantes con la aristocracia obrera, se comportan políticamente como tal, aunque no lo sean al nivel de su ubicación socio-económica en la estructura; mientras capas aristobreriles depauperadas entran a interesarse teóricamente por el proletariado e incluso por su necesidad histórica revolucionaria. Dichas re-formulaciones no obedecen, en última instancia, a imantaciones por poderío ideológico, sino a la muy material razón de las redes, ramificaciones y vasos capilares regados a partir de los núcleos económicos, así como a las estructuras laborales satélites, los clientelismos, las dependencias productivas, etc., que estos núcleos van conformando a través del espacio social.
       No en vano, un exponente del Capital financiero como es el Banco de Santander, no es un iceberg aislado en una lejanía metafísica, y contrapuesto absolutamente en abstracto a aquellos campos de clase con quienes en efecto mantiene un irreconciliable antagonismo de fondo. El Banco de Santander es también sus tres millones de accionistas, pequeños y medianos en su gran mayoría, espectro sensiblemente pequeñoburgués, aristobreril y de porciones obreras nada desdeñables.
       Realidades como ésta última vuelven necesario abordar los antagonismos interclase desde la dialéctica, en lugar de razonar con una linealidad que omite a la ligera la contradicción entre necesidad histórica e intereses inmediatos; entre ser social substancial y ser sociológico, éste último con su saco de interdependencias, ayudas, carreras internas a la sombra del sindicato, favores, oportunidades y oportunismos. Por no hablar, por ejemplo, de las imbricaciones materiales entre la suerte que corre la empresa matriz, la suerte correlativa de sus empresas radiales y auxiliares, y las condiciones y perspectivas en la plantilla de trabajadores.

       Por su parte, el viejo esquematismo que anuncia poco menos que una equivalencia entre presión económica creciente y desarrollo de la respuesta de clase orientada hacia finalidades económicas, es una idea que ahora se antoja risible.
       El proletariado calibra sobre una balanza la enormidad de los riesgos y de las exclusiones nefastas que ese movimiento le comporta, en relación a lo miserable, volátil e incluso quijotesco de las mejoras.
       Siendo así, por lo general los proletarios rehúsan “mojarse” en virtud de surcar tempestades hacia horizontes “de mejora” (contrariamente a la aristocracia obrera, clase que sí posee cuotas de poder político e ideológico a invertir en presionar por mejoras para sí, por más que bien poco consiga ya movilizar al proletariado a tales efectos). Si el horizonte es el de adaptarse y conseguir mínima seguridad y certidumbre, la ductilidad y el servilismo individuales se presentan como realistas, mientras que la protesta colectiva deviene camino innecesariamente escabroso.
       Esta precisa cuestión de fondo, que el proletariado está demostrando haber razonado, manifiesta la presente resolución dialéctica entre lucha económica y lucha política, que se sintetiza como identidad donde sólo el desarrollo de la lucha política puede dar repercusiones económicas. Aunque el proletariado no ha hecho asimilación subjetiva de esta realidad, y aunque inactivo, sí está ya objetivamente por encima del viejo plano donde la secuencia económica habría supuestamente de anteceder a la secuencia política y conformarla. No podemos celebrar que ése sea el caso de la retaguardia ya hoy históricamente atrasada y lastre, hasta su ejercicio de auto-crítica y su auto-superación, para la andadura hacia el comunismo: el comunismo evolucionista, sedicente “Vanguardia”.
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Economía de Cataluña
http://es.wikipedia.org/wiki/Econom%C3%ADa_de_Catalu%C3%B1a
Del articulo de la wikipedia se ve que es un area territorial muy importante pero repentinamente adquirió la mala costumbre del imperialismo de dejar de trabajar en sectores productivos reales como la agricultura y la industria  dando mas énfasis al sector servicios y resulta que ahora los alimentos escasean y la producción industrial a decrecido notoriamente y el sector servicios no es tan solicitado cines, diversiones, restaurantes etc, salvo claro educación y salud que siempre serán muy importantes;  otro mal es que apostaron por el sector inmobiliario  y los precios de los apartamentos están por los suelos desde que estallo la burbuja inmobiliaria.
 en resumen lo que desean es separarse de España y no pagar la deuda su idea no es solidaria con España y propiciar el socialismo .
Economía de Cataluña
 File:Tarragona Poligon Nord.png
Producto interior bruto        € 204.127 millones (2009)
PIB per cápita     € 28.095 (2008)
Crecimiento real PIB  1,1% (2T 2011)1
Inflación    3,2% (feb 2011)
Tasa de paro       18,06 (2º trim 2011)2
Importaciones     € 5.885,9 (2010)
Exportaciones    € 4.455,7 millones (2010)
A pesar de la escasez de recursos naturales, la economía de Cataluña en la actualidad es muy próspera, consolidándose como una de las más ricas de Europa.
 Cataluña es incluso una de las regiones signatarias de los Cuatro Motores para Europa.



Con un producto interior bruto de 200.111 millones de euros3 (2010), la economía catalana es la primera de las comunidades autónomas de España.4 Con respecto al PIB per cápita, Cataluña se sitúa en la cuarta posición después de Navarra, el País Vasco y la Comunidad de Madrid, con 27.053 € (2010), superior a la media española de 22.152 €, y a la media de la Unión Europea de 24.486 €.5

6 La tasa de crecimiento anual del PIB de 2005-2006, de 3,8% fue ligeramente inferior a la media de España (3,9%), aun así, ambas son superiores a la media de la Unión Europea (2,9%). En el periodo 2000-2006, la tasa de crecimiento medio anual fue del 3,21%, también inferior a la media del país del 3,34%.5 En paridad de poder adquisitivo, el PIB per cápita de Cataluña (2004) es un 17,8% superior a la media de la Unión Europea.5 La tasa de paro de la comunidad (2005) fue del 7,5%, y la tasa de inflación del 4,1%.7
Con respecto al PIB por sector económico, las cifras muestran que el crecimiento de la actividad económica (2003-2005) se soporta casi exclusivamente en los sectores de la construcción y de los servicios, con incrementos del 5,4 y 4,3% respectivamente.8 Por el contrario, los sectores primario, la industria y el turismo han tenido un crecimiento más pequeño (e incluso negativo en el caso del sector primario en 2003 y en 2005) todos afectados por el proceso de globalización de los mercados.8
Cataluña ha experimentado un crecimiento demográfico notable, con una variación del 1,7% en 2005, con una media de 1,5 de años anteriores, lo cual se ha traducido en un incremento del 2,2% en el colectivo en edad de trabajar.8 Con un incremento de la tasa de actividad de la población en edad de trabajar, se ha reducido la tasa de paro, alrededor de los niveles de plena ocupación.8 No obstante, no se ha producido una reducción del tiempo de trabajo, como ha ocurrido en otras economías europeas, a pesar de que la productividad se ha estancado, con un magro crecimiento del 0,1% (2005), el mínimo del lustro.8

Silos de arroz, Deltebre.
El sector primario, como en los países desarrollados, ocupa sólo al 3% de la fuerza laboral, pero está integrado por subsectores potentes que compiten a nivel mundial (como por ejemplo el cava, el vino, el ganado porcino, la fruta dulce y los derivados cárnicos).9 En 2004, la producción agrícola fue de 1.134 millones de euros y la ganadera, de 2.306 millones de euros. La producción forestal, por el contrario, sólo fue de 41 millones de euros el mismo año.10 El sector se ha estabilizado durante las últimas décadas, aunque con un decrecimiento importante en el número de productores, ya sea por jubilación o porque han abandonado su producción, lo cual ha propiciado un aumento en la superficie de las unidades de producción más cercano al óptimo.11 El censo agrario del Instituto Nacional de Estadística de 1999 mostró un decrrecimiento del 41,4% en el número de unidades o explotaciones agrarias entre 1989 y 1999, una cifra muy superior al resto del territorio español, que fue del 21,7%, un decrecimiento que a la vez implica un aumento en la superficie por explotación; de hecho, la extensión de las fincas en Cataluña ha aumentado un 54%, mientras que en el resto de España, sólo un 20%.11
La principal comarca en el sector de la huerta es el Maresme, la cual, aun así, se enfrenta a serios problemas para mantener su superficie debido al el crecimiento constante del área metropolitana de Barcelona, una situación que a la vez le ofrece una ventajosa proximidad con los grandes consumidores. La fruta dulce es un sector de crecimiento y de calidad, basada principalmente en Lérida. El municipio de Alcanar, en la comarca del Montsià, es líder en la producción de cítricos: aporta más del 50 por ciento de la producción catalana de cítricos y también más del 75 por ciento de la producción española de vástagos de cítricos.12
Sector secundario: la industria


Antigua fábrica de Ca l'Aranyó, Barcelona.
La industria catalana protagonizó el desarrollo económico de Cataluña, y hasta mediados de los años setenta, fue el sector que encabezó la economía, con un 45% del total del producto interior bruto (PIB) catalán, y ocupando además al 40% de la población activa en 1979.13 A nivel del Estado, Cataluña es la comunidad con mayor participación en el PIB industrial español, con el 25%.14
En 2001, el valor agregado bruto del sector industrial había decrecido al 27,2% del total.15 El sector industrial se fundamenta en la industria de la transformación —históricamente la textil— que en la actualidad también incluye la industria del automóvil, la industria química, la industria farmacéutica, la alimentación, las construcciones navales, y las nuevas industrias relacionadas con el material informático y telemático.9 La industria está muy concentrada —como lo está la población— en las comarcas del Barcelonès, el Bajo Llobregat, el Vallès Occidental, el Vallès Oriental y el Maresme, que en 1997 agrupaban el 67% del total de los establecimientos industriales de Cataluña.13 Las comarcas del Tarragonès y el Baix Camp destacan, no por el número de industrias, sino más bien por la dimensión y peso de éstas, como por ejemplo el sector petroquímico en Tarragona, el más grande del sur de Europa, y el metal.13

El sector terciario: los servicios


La Caixa, en Barcelona.
El sector terciario ha crecido notablemente durante las últimas tres décadas y en la actualidad es un sector amplio y diversificado, y el principal con respecto al porcentaje del PIB y a la ocupación.9 En este sector, también conocido como el sector de los servicios, se incluyen el comercio, el turismo, la hostelería, las finanzas, la administración pública, y la administración de otros servicios relacionados con la cultura y el ocio. El sector de los servicios produjo el 63,1% del valor agregado bruto catalán en 2001.15 Destacan el turismo y todos los servicios que se le relacionan, cuyo valor agregado bruto, en conjunción con el comercio, supera el 35% del valor total del sector de los servicios.16 Más recientemente, han destacado las empresas asociadas a la publicidad, incluyendo las de creación de contenido para Internet.9 Barcelona se ha convertido en el centro de los servicios de Cataluña, aunque las capitales comarcales constituyen centros de servicios locales y en su área de influencia.16 Con respecto al sistema financiero, se observa el poder de las grandes cajas de ahorros (como por ejemplo Caixa Catalunya y Caixa Laietana, entre otras), que son el núcleo del sistema financiero catalán, y cuya posición es decisiva en la inversión de la comunidad. Reúnen casi el 70% de los depósitos privados catalanes.9 El único banco catalán con presencia internacional y con una dimensión competitiva, es el Banco Sabadell.16 Finalmente, la Bolsa de Barcelona está plenamente integrada en el sistema bursátil mundial, mientras que el mercado de valores tradicionales, como por ejemplo el mercado de futuros y las transacciones de acciones de pequeñas y medianas empresas, se encuentra en una posición similar a la del United Securities Market británico o el Second Marché francés.
[editar]Comercio exterior e inversión extranjera



Puerto de Barcelona.
En comparación con la media española (19,1%), la economía catalana es mucho más abierta, con un grado de apertura del 32,8% (2003).17 En 2005, las exportaciones catalanas sumaron 42.087 millones de euros, mientras que las importaciones sumaron 67.748 millones de euros.18 Se estima que el 20% de las compañías catalanas exportan y que el 36% de todas las compañías exportadores de España se sitúan en Cataluña, que conjuntamente acumulan el 27% de todas las exportaciones del Estado.7 El 81,4% de las exportaciones catalanas se dirigen a Europa (el 73,8% a los veinticinco de la Unión Europea), el 8% a América, el 5,7% a Asia, el 3,6% a África y el 1,2% a Australia y Oceanía.18 Por el contrario, el 70% de las importaciones proceden de Europa (el 63,8% de los veinticinco), el 18,5% de Asia, el 6,2% de América, el 4,9% de África y el 0,2% de Australia y Oceanía.18
Con respecto a la inversión extranjera, los principales inversores extranjeros en Cataluña son países de la Unión Europea; el 71,7% de la inversión extranjera proviene del continente (2005).18 En 2005, los principales inversores fueron los Países Bajos (43,3% del total de inversiones), los Estados Unidos (18,0%), Luxemburgo (7,9%) y Alemania.18 Asimismo, los países de la Unión Europea fueron los principales receptores de inversión catalana, representando el 72,8% del total.18 Los principales países receptores de inversión catalana en 2005 fueron Francia (22,2% del total de inversiones), el Reino Unido (9,0%), Argentina (8,3%) y los Estados Unidos (5,6%).18
En 2001, había 164 empresas catalanas multinacionales, con establecimientos productivos en el extranjero. Actualmente (2012) se estima que este número está actualmente sobre las 500 empresas de tipo mediano-grande. El número de empresas catalanas que exportan al exterior pasa de las 45.000, si bien la inmensa mayoria tiene un tamaño demasiado pequeño, o un nivel de exportación mínimo. Es por ello que la Generalitat está dando soporte a las empresas catalanas para exportar cada vez más y animándolas a encontrar sinergías por medio de fusiones o alianzas estratégicas. De las 300 empresas "grandes" y pymes que exportan, más del 60 % lo hacen en el mercado de proximidad que representa la Unión Europea y en general el 10,3% de estas empresas se sitúan en México, el 9,0% en Francia, el 7,9% en Argentina, el 7,3% en China y el 7,1% en Brasil.17

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