domingo, 31 de mayo de 2020

¿En qué invertir durante la recesión?


¿En qué invertir durante la recesión?

A raíz de la crisis económica desencadenada como consecuencia de la pandemia por la covid-19, las opciones de inversión han cambiado. ¿Ante este panorama en qué se debe invertir?
El impacto real de la pandemia sobre la economía global es incierto.  El fondo de inversiones Amundi, el mayor gestor de inversión en Europa, recomienda las siguientes estrategias. 
Para saber en qué momento van a estabilizarse los mercados se deben tener en cuenta cuatro variables: 
  1. Cuando empiece a frenarse la expansión de la pandemia. 
  2. Cuando se levanten las medidas de confinamiento en la mayoría de países. 
  3. La efectividad de los programas masivos de política monetaria y fiscal. 
  4. Cuando empiecen a estabilizarse los bonos a corto plazo. 
Según la gestora de inversiones hay que ser cautelosos con los activos de riesgo a corto plazo, ya que la recesión mundial probablemente sea corta, pero también será la más intensa de los últimos años. 

Activos con mejor comportamiento

Los activos que tendrán mejor comportamiento son el oro, que generalmente mantiene su valor en tiempo de incertidumbre y las acciones del sector farmacéutico. 
Aunque muchos analistas consideran que la bolsa aún no ha llegado a su piso más bajo, la mayoría afirma que, a largo plazo, será el activo con mejores retornos. 
Las inversiones en acciones se pueden convertir en una alternativa a los bonos, descartando principalmente dos industrias: la petrolera y el sector financiero, que son especialmente vulnerables en este momento y, lo más probable, es que recorten sus dividendos para 2020. 

Sectores para invertir 

Las industrias que más se destacan en este período de crisis global por el coronavirus son las del sector de las tecnologías de la información y las de comercio electrónico, que claramente se benefician con la demanda extra de sus servicios.
Por otro lado, los negocios relacionados con entretenimiento en casa, aplicaciones para teletrabajo y herramientas de pago digitales, tendrán mejor valoración en el mercado. 
Otro sector con buen comportamiento es el de bienes de consumo básico, ya que son productos de primera necesidad, independientemente de la situación financiera (alimentos, bebidas, aseo y tabaco, entre otros). Estas industrias con demanda constante durante todo el año serán resistentes a la recesión. 

A tener en cuenta…

Según expertos, estos son los cuatro factores importantes que no se deben descuidar cuando se invierte en acciones: 
  1. La solvencia de las empresas. 
  2. Su visibilidad en el sector en el que se encuentran. 
  3. Tener claro que la mejor opción es mantener el capital invertido a largo plazo en pro de la rentabilidad futura. 
  4. Establecer una estrategia de diversificación para protegerse de mayores pérdidas cuando una industria pierde valor. 
En otras palabras, los balances de las compañías deben ser lo suficientemente fuertes como para aguantar una recesión severa y la posición competitiva de estas empresas debe mantenerse una vez superada la crisis. 
Durante un período de recesión y de incertidumbre no se deben tomar riesgos, por lo que los expertos recomiendan no hacer inversiones en empresas altamente apalancadas o especulativas. 

Inversiones en finca raíz 

La recesión generalmente lleva consigo una caída importante en el valor de los bienes inmuebles; lo que significa que se pueden adquirir propiedades a un mejor precio para venderlas después de la crisis, obteniendo ganancias importantes.  Esto sucede porque la demanda de vivienda es relativamente estable. Sin embargo, sigue siendo una inversión a largo plazo que requiere de liquidez inmediata. 
Asimismo, a nivel global las empresas están funcionando en modo home office, por lo que invertir en inmuebles destinados a espacios de trabajo o coworking, no es una buena opción, por la baja demanda que tienen y que continuarán teniendo esos lugares. 

Inversiones en renta fija

Las inversiones en renta fija son más complejas que las acciones, ya que los programas de estímulos van a hacer que se dispare la deuda y el déficit de muchos países. Por esta razón, los analistas prevén que en unos años pueden haber impagos en algunos bonos, por lo que no recomiendan este tipo de inversión ante la situación actual. 

Inversiones en nuevos negocios 

Según expertos, en una crisis no es buena opción invertir en startups porque con toda la inestabilidad económica, no hay una forma de saber el grado de éxito que pueda tener el nuevo negocio, ni cuándo se verán los retornos de la inversión. Esta es una apuesta muy arriesgada. 
Los inversionistas deben planear con anticipación y definir detalladamente su estrategia financiera. Recesión no significa que no haya oportunidades interesantes de las que se puede sacar provecho económico. Solo se deben tener en cuenta cuáles son las opciones más seguras durante este período. 
Por otro lado, si se han visto pérdidas de inversiones anteriores, no se debe entrar en pánico. Cuando esto se liquida antes de tiempo solo se logran hacer reales las pérdidas. Cuando el mercado se normalice, los saldos se irán corrigiendo poco a poco. Es cuestión de paciencia. 

Impacto económico de la pandemia.// recesión de 15% en Colombia y déficit fiscal actual de 50% que puede llegar a 60% // 90% de los informales caerán en la pobreza en América Latina y 11,5 millones de nuevos desempleados.

Impacto económico de la pandemia.// recesión de 15% en Colombia y déficit fiscal actual de 50% que puede llegar a 60% //  90% de los informales caerán en la pobreza en América Latina y 11,5 millones de nuevos desempleados.

Impacto económico de la pandemia

¿Sacrificamos la salud por la economía o viceversa? Los hechos han demostrado que la prioridad está en salvar vidas y que, de todas maneras, la economía se iría a afectar y sus consecuencias harán un periodo que llamaremos de post-pandemia.
Escrito por: Redacción Diario del Huila | mayo 31 de 2020
Por Germán Palomo García
El martes pasado 26 de mayo, me correspondió el honor de presentar, en este ciclo virtual, la tertulia relacionada con el impacto económico del Coronavirus, la pandemia que no solo se ha convertido en un gran problema sanitario sino que tiene paralizada la economía mundial con grandes consecuencias para todos los países. Hay que aceptar que la economía venía mostrando visos recesionistas por lo que el coronavirus vino a atizar la hoguera. Finalizando el primer semestre de 2019 ya se hablaba de que atravezaríamos por una nueva recesión económica mundial (la última se presentó en 2008) básicamente por las siguientes causales:
  • La Economía China venía creciendo a su menor ritmo en los últimos 30 años
  • Alemania se ha mantenido al borde de la recesión en los últimos años y
  • A pesar de que EEUU disfrutaba de su más largo periodo de crecimiento, los analistas esperaban una recesión por las dificultades que mostraba su industria química (poderosa proveedora de todos los sectores) y la mayor rentabilidad de los bonos de corto plazo frente a la de los bonos a 10 años, clara muestra de ver un futuro incierto.
Como las tres economías referenciadas hacen el 55% del PIB mundial, no había duda de que la recesión se iría a presentar. Lo único que no se sabía era cuándo (el 2020 o el 2021?) y como se presentaría. Se mencionaron muchos factores como la inadecuada solución a la crisis del 2008 (que no tocó la producción ni el empleo, la corrupción del sistema financiero mundial y el aumento de la desigualdad y la deuda); el proteccionismo reaccionario de Trump, los conflictos comerciales, especialmente el de China y Estados Unidos, aún sin solución; las tensiones geopolíticas y la debilidad de las bolsas de valores. Pero nunca lo que finalmente se convirtió en la verdadera causa.
La realidad
A finales de noviembre apareció la verdadera causa de la nueva crisis: El Coronavirus, un virus desconocido que comenzó en Wuhan, China, una ciudad especializada en la producción de vehículos y empezó a arrojar miles de infectados y muertos lo que llevó al mundo, al tiempo que avanzaba su expansión, a un confinamiento obligatorio. Esta decisión producida por la pandemia, tal como la calificó la Organización Mundial de la Salud, OMS, fue el inicio de una crisis de oferta pues generó el cierre del aparato productivo mundial y rompió la cadena de suministros afectando, obviamente, la demanda. Surgió entonces un falso dilema: O la salud o la economía, es decir, ¿sacrificamos la salud por la economía o viceversa? Los hechos han demostrado que la prioridad está en salvar vidas y que, de todas maneras, la economía se iría a afectar y sus consecuencias harán un periodo que llamaremos de post-pandemia.
El frenazo económico
Además de que el confinamiento ha generado lo que ya se llama “el frenazo económico” debe insistirse en que el sistema económico ofrece efectos destructores que se desnudan en estas crisis. La sobrevaloración de las acciones, la deuda en crecimiento insostenible, la caída de la rentabilidad de los negocios en favor del beneficio financiero, el crecimiento de la desigualdad (inequidad), recortes en sectores estratégicos de la inversión pública, entre los más importantes.
Este frenazo de la economía ya está produciendo cierre de empresas, alto desempleo (La CEPAL, Comisión Económica Para América Latina advirtió que en esta zona del mundo se tendrán 11.5 millones más de desempleados) y sus colaterales de incremento de la pobreza (según la OIT, el 90% de los informales están en riesgo de caer en la pobreza en América Latina).
En cuanto a Colombia, este fin de semana se conocerá el crecimiento del PIB en abril que se espera haya bajado a entre -10% y -15%. En el primer trimestre de este año, creció 1.1% pero por los meses de enero y febrero que no tuvieron el efecto Coronavirus pero en una semana de marzo fue suficiente para que el PIB cayera 4.7%. Para todo el año, Bancolombia estima una reducción del 6% en el PIB. La pobreza subiría 15 puntos según reciente estudio de la U de los Andes, un retroceso de 20 años (comienzos de este siglo). La desigualdad volverá a sus niveles de hace 10 años, perdiéndose todo el avance. Los ingresos de los hogares caerían 12.8 billones si el confinamiento terrmina en mayo de este año.
Las finanzas públicas verán aumentada la deuda (ya se reformó la regla fiscal para permitirle al gobierno endeudarse y producir un déficit fiscal de -6.3%; estaba en -2%) y puede llegar al 60% del PIB (hoy está en 50.3%) y los ingresos de la Nación, departamentos y municipios ya están sintiendo descensos importantes al tiempo que los gastos e inversiones crecen y crecerán más por la aplicación de la política fiscal (subsidios a nómina, a primas de junio, prórrogas fiscales, devolución de IVA y otras ayudas como alimentos para vulnerables) para enfrentar la pandemia (El Director de la DIAN informó que solo en Abril los ingresos cayeron 75%) y se estima para este año se produzca un hueco fiscal de 15 billones de pesos.
Independiente de las cifras, que pueden cambiar con el correr de los días, la Postpandemia será muy crítica. La reactivación de la actividad económica, que se está dando muy parcialmente por las limitaciones producto de los protocolos de bioseguridad que deben seguirse, hacen más complicado restablecer los puestos de trabajo y los niveles de demanda. Esta realidad va a afectar más la economía especialmente en las regiones por su economía limitada. No podemos engañarnos.

Ya llegó la recesión ¿Y después…? El autor dice que hay Luchar, ósea iniciar la insurrección armada global contra la opresión o de lo contrario, los estados harán polvo a su propios trabajadores. Y Adiós benéficos sociales, vacaciones, seguro de desempleo , jubilación etc , solo quedará como un bonito recuerdo .

Ya llegó la recesión ¿Y después…?

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La economía mundial entrará oficialmente en recesión a finales de junio. Es el resultado del impacto de las medidas adoptadas para combatir la pandemia de coronavirus. Pero este impacto golpeó sobre una pared que ya estaba profundamente resquebrajada.
Se define una recesión cuando el PIB (Producto Interno Bruto) de un país, de una región o del mundo se reduce por lo menos dos trimestres consecutivos. Eso ya ocurrió durante el primer trimestre de 2020 y todo indica que esto se repetirá en el segundo. Veamos algunos datos de las economías más importantes el mundo:
En Estados Unidos, el PIB de enero a marzo retrocedió 1,2% sobre el de diciembre de 2019 (luego de todo un período de crecimiento), lo que acabaría dando un retroceso anualizado de 4,8%. Algunos economistas estimaron que la caída real en el 1T [primer trimestre] fue de 4% [1]. Lo ocurrido desde fin de marzo indicaría que esta dinámica se mantuvo e, incluso, se agravó.
En China, el PIB retrocedió 6,8%, la primera reducción desde 1992 y la peor desde 1976 durante la llamada Revolución Cultural, en la época en que el país aún era un Estado obrero.
En Europa, las autoridades alemanas divulgaron previsión de recesión anual de 6,3%. Francia, Italia y España (en orden decreciente de tamaño del PIB) divulgaron números oficiales para el 1T de este año con contracciones de 5,8%, 4,7% y 5,2%, respectivamente, sobre el último trimestre de 2019. A finales de abril último, Christine Lagarde, presidente del BCE (Banco Central Europeo) afirmó que “el  colapso económico de la Unión Europea tendrá ‘una amplitud y una velocidad sin precedentes en tiempos de paz’”.
Por su parte, Japón (la tercera economía del mundo en 2019) ya había sufrido una fuerte  caída en el último trimestre de 2019 (-7,3% ) y mantuvo esa dinámica en 2020. Los analistas estiman que este año habrá un récord de reducción del PIB. Según Izumi Devalier, economista-jefe para Japón del Bank of America-Merrill Lynch: «con el coronavirus, la economía japonesa entró en choque en una posición muy débil”.
Los llamados “países emergentes” (como África del Sur y Turquía) ya venían con una mala dinámica. Brasil aún no ha divulgado los datos del primer trimestre de 2020 pero, desde el inicio del año, se produjo la mayor fuga de capitales de toda su historia. La economía argentina ya venía en recesión y se prevé una caída de 6,5% este año[2].

De nuevo la “ayuda” de los gobiernos
Si esta dinámica se mantuviera, la recesión se transformaría en depresión, que algunos economistas definen como una caída del PIB superior a 10%, y otros por su duración (una recesión muy prolongada sin síntomas de mejoría).
Para intentar evitar esta dinámica, las burguesías y los gobiernos han vuelto a apelar, como en la crisis iniciada en 2007/2008, a gigantescos paquetes de “ayuda”, cambiando, en muchos casos, sus políticas anteriores. El gobierno de Donald Trump (con apoyo unánime de ambas cámaras del Congreso) votó un paquete de 2,2 billones de dólares [3]. Alemania definió un plan de 1,1 billones de euros (un tercio del PIB), y así por el estilo. La mayor parte de esta “ayuda” está destinada a las empresas, con algunas medidas menores para los trabajadores: en Estados Unidos, representan solo 10% del total; en Alemania, menos de 5% será para ayudar a los desempleados.
Estas medidas menores se dan en el marco de un feroz ataque a los trabajadores en todo el mundo por parte de las burguesías y los gobiernos: despidos, suspensiones, rebajas salariales, modificación de las condiciones laborales y ataques a viejas conquistas como las vacaciones pagas, el salario anual adicional, los convenios colectivos, etc. [4].

¿Qué pasará a partir de ahora?
Para analizar las perspectivas más cercanas es necesario considerar elementos contradictorios. Por un lado, la economía mundial ya venía con una dinámica hacia la recesión antes del efecto de la pandemia, que aceleró y acentuó es dinámica pero no la creó. Al mismo tiempo, esto se da en el marco de lo que hemos llamado serie descendente de los ciclos económicos, iniciada en 2007/2008, y contradicciones muy profundas del capitalismo imperialista en su decadencia [5].
En sentido contrario, está el efecto de alivio en la caída que tendrán los grandes “paquetes de ayuda” que aplicaron los gobiernos. En cualquier caso, su efecto en el PIB será menor al de su magnitud, ya que las empresas aprovechan una parte de estas ayudas no para invertirlas en la producción sino para capitalizarse financieramente. Y, centralmente, el levantamiento de las cuarentenas y las restricciones (con fechas y ritmos aún imprecisos y que varían entre los países) que impulsará una recuperación de la producción y del consumo. Varios analistas consideran que este factor ya comenzará a actuar en la segunda mitad de este año.
El siguiente cuadro elaborado por el FMI en abril de 2020 nos muestra una comparación de los PIBs de 2019 con las estimaciones para 2020 y 2021[6].


En general, el FMI se caracteriza por hacer pronósticos “optimistas” que luego debe corregir a cifras peores. En este caso, parece apostar a una fuerte recuperación pos cuarentena (o con su disminución gradual en la segunda parte de 2020), con fuerte acento en las economías asiáticas y, especialmente, la de China (cuyas estadísticas son siempre muy cuestionadas).
Pero incluso si consideramos estos números, vemos que, en la mayoría de los casos, la recuperación de 2021 será menor a la caída de 2020. Se configura así una de las situaciones analizadas por Trotsky en 1923: Si la crisis, que significa destrucción, o en todo caso contracción de las fuerzas productivas, sobrepasa en intensidad el auge correspondiente, entonces obtenemos como resultado una contracción de la economía”, característica de una curva general descendente [7].
La dinámica actual de la economía amenaza hacer estallar y verse aún más potenciada por el “desinfle” o el estallido de varias burbujas especulativas propias del momento actual del capitalismo imperialista. En especial, por el del “endeudamiento global”, suma de las deudas de los Estados, las empresas y las familias[8]. En ese caso, sería sí la “tormenta perfecta” de la economía mundial.
Ya sea en su perspectiva más atenuada o en la más catastrófica, seremos los trabajadores los que pagaremos su costo. Por eso, debemos organizarnos y luchar ahora contra ello, y prepararnos para luchas mucho más duras.

Notas:
[5] Ver, en este aspecto: https://litci.org/es/?s=las+dos+pestes
[7] “La curva del desarrollo capitalista” en: https://www.marxists.org/espanol/trotsky/1923/junio/21.htm

Fitch vaticina una recesión de 12% para Europa y EEUU en su escenario pesimista y de 4.6% en su escenario benévolo a a nivel mundial .

Fitch prevé recesión de PIB mundial del 4.6 % en vez del 3.9 % de hace un mes

Fitch señaló que la caída de la actividad económica mundial está cerca de alcanzar su punto más bajo y apuntó que el nuevo cálculo se debía sobre todo a las revisiones que habían realizado en algunos países de la eurozona y, sobre todo, de los mercados emergentes. 
Foto: archivo
La agencia de calificación crediticia Fitch ha corregido su estimación sobre la recesión del Producto Interior Bruto (PIB) para 2020 a nivel mundial y sitúa la caída ahora en el 4.6 % en vez del 3,9 % que había previsto a finales de abril. 
La firma señaló a través de una nota que la caída de la actividad económica mundial está cerca de alcanzar su punto más bajo y apuntó que el nuevo cálculo se debía sobre todo a las revisiones que habían realizado en algunos países de la eurozona y, sobre todo, de los mercados emergentes. 
Fitch espera que el PIB de la eurozona se contraiga un 8 %, en vez de un 7 %, por caídas "más fuertes de lo esperado" en la actividad económica de Francia, Italia y España que la agencia de riesgos atribuye a medidas de confinamiento y contención del virus "más estrictas que otros países del entorno". 
En España, Fitch calcula que el PIB caerá un 9,6 % comparado con el 7,5 % que estimaba a finales de abril, un 9,5 % en Italia -en vez del 8 % previo- y un 9 % en Francia, y no el 7 %. 
Mientras tanto, en Reino Unido, donde la compañía señala que parece que las medidas de cierre de la actividad económica durarán más de lo previsto provocará una "grave" caída en su PIB que provocará un retroceso de hasta el 7,8 % en vez del 6,3 % que estimó en abril.
Entre los países de los mercados emergentes, de los que se excluye a China, se espera una caída del PIB del 4,5 %, en comparación con la estimación de una caída del 1,9 %. En estas naciones, Fitch augura un deterioro de la crisis sanitaria mayor que durante el mes pasado, especialmente en países como Brasil, India y Rusia. 
En India la agencia de riesgos calcula una contracción del PIB del 5 % en comparación con el 0,8 % de sus estimaciones previas tras el "severo" confinamiento que se puso en marcha en este país "y que duró mucho más de lo que se esperaba inicialmente" que se suma a estadísticas económicas "particularmente débiles", según Fitch. 
La firma agrega que, debido a la aceleración en el número de contagios en Brasil y Rusia a partir de mediados de abril, prevén ahora una caída del 6 % en el PIB brasileño, en vez del 4 %, y un retroceso del 5 % en Rusia -cuya estimación era del -3,3 % en abril-. 
Sin embargo, Fitch ha mantenido sus pronósticos de crecimiento o recesión para China (0,7 %), Estados Unidos (-5,6 %) y Japón (5,0 %).
La compañía de calificación crediticia prevé que la vuelta a la normalidad económica sea un proceso "lento y lleno de baches" en en el que la disrupción, por ejemplo, del mercado laboral estadounidense y las medidas de distanciamiento social afectarán gravemente tanto a los hábitos de gasto de los consumidores y como al gasto de capital de las empresas una vez pase la crisis sanitaria. 
"Prevemos un repunte técnico en el crecimiento del PIB mundial al 5,1 % en 2021, con un aumento de la producción de Estados Unidos y de la eurozona de alrededor del 4 %, pero es poco probable que se alcancen los niveles anteriores del virus hasta mediados de 2022 en Estados Unidos y significativamente más tarde en Europa. Todo ello a pesar del estímulo político masivo", expresó el economista jefe de Fitch Ratings, Brian Coulton.
Por último, la compañía alertó de que un rebrote "agresivo" del virus que obligase a imponer nuevas medidas de contención y confinamiento llevaría a una situación "incluso peor". 
"Nuestro escenario más pesimista es una caída del PIB en Estados Unidos y Europa del 12 % en 2020 y de más de un 9 % a nivel mundial", concluyó Fitch. 

George Floyd: Los toques de queda desafiados a medida que aumentan las manifestaciones en todo EE. UU.

George Floyd: Los toques de queda desafiados a medida que aumentan las manifestaciones en todo EE. UU.

Las principales ciudades se vieron afectadas por otra noche de protestas que denunciaban la brutalidad policial luego del asesinato de un hombre negro desarmado.
Las manifestaciones contra el racismo y la brutalidad policial se han extendido a más ciudades en todo Estados Unidos, ya que la gente en muchas partes del país desafió los toques de queda para protestar contra el asesinato de George Floyd.
Las protestas de varios días que arrasaron la nación han despertado la indignación por años de muertes de personas negras a manos de la policía, renovando las acusaciones de larga data de racismo institucionalizado y sistémico.

Más:

Después de una noche de disturbios el viernes, las protestas racialmente diversas y en gran medida pacíficas tomaron las calles de las principales ciudades de todo el país durante las horas diurnas del sábado.
Los participantes sostuvieron carteles que decían "Black Lives Matter" y corearon "No puedo respirar", algunas de las últimas palabras de Floyd antes de morir el lunes poco después de que un oficial de policía blanco en Minneapolis, Minnesota, lo inmovilizara con una rodilla en el cuello por varios minutos.
En Nueva York, una ciudad que aún no ha emergido de los estragos de la pandemia de coronavirus, se produjeron una serie de protestas en sus cinco distritos.
"Estoy aquí por George Floyd; estoy aquí por todos aquellos que han perdido la vida [por] la brutalidad policial", dijo a Al Jazeera Paige Porter, una manifestante en Nueva York.
"Estados Unidos está enfermo y tenemos que erradicar el racismo", dijo Caroline Nixon, una manifestante blanca. " Creo que los blancos necesitan ponerse de pie y hacer algo en lugar de sentarse en su sofá".
A última hora del sábado, muchas de las manifestaciones en todo el país se tornaron violentas en medio de enfrentamientos tensos entre la policía y los manifestantes. Los disturbios vieron cómo incendiaban algunos autos de la policía y saquearon tiendas mientras los agentes usaban gases lacrimógenos y balas de goma durante los enfrentamientos.
Las autoridades de varias ciudades impusieron toques de queda nocturnos en un intento por controlar la situación en aumento, que afecta a millones de personas, incluidos Los Ángeles, Miami y Chicago.
En Minneapolis, cientos de manifestantes aún estaban afuera cuando comenzó el sábado el toque de queda a las 8 p.m. Los manifestantes han prometido continuar tomando las calles al menos hasta que los cuatro oficiales involucrados en la muerte de Floyd hayan sido acusados. Hasta ahora, solo un oficial, Derek Chauvin, ha sido arrestado en relación con la muerte de Floyd.
Mientras tanto, el gobernador de Minnesota, Tim Walz, ordenó una movilización total de los soldados de la Guardia Nacional, la primera vez en la historia del estado.
Las calles de Minneapolis se calmaron constantemente a medida que avanzaba la noche, y el comisionado de correcciones Paul Schnell dijo que la respuesta dura se mantendría todo el tiempo necesario para "calmar esta situación".
Los gobernadores de Georgia, Kentucky, Ohio y Texas también activaron la Guardia Nacional.
En general, pocos rincones del país quedaron intactos en los disturbios, desde manifestantes incendiando el interior del ayuntamiento de Reno, hasta la policía lanzando gases lacrimógenos contra manifestantes que arrojan piedras en Fargo, Dakota del Norte, hasta ventanas destrozadas en la sede de la policía en Richmond, Virginia.
En el centro de Indianápolis, la policía estaba investigando "tiroteos múltiples", incluido uno que dejó a una persona muerta, en medio de las protestas. La policía dio pocos detalles pero dijo que no había agentes involucrados.
En Filadelfia, al menos 13 oficiales resultaron heridos cuando las protestas pacíficas se volvieron violentas y al menos cuatro vehículos policiales fueron incendiados. Se iniciaron otros incendios en todo el centro.
En Salt Lake City, los manifestantes que desafiaron el toque de queda volcaron un auto de la policía y lo prendieron fuego, y otro vehículo fue incendiado. La policía dijo que seis personas fueron arrestadas y un oficial de policía resultó herido después de ser golpeado en la cabeza con un bate de béisbol.
En Los Ángeles, los manifestantes corearon "Black Lives Matter", algunos a centímetros de los protectores faciales de los oficiales. La policía usó porras para hacer retroceder a la multitud y disparó balas de goma. Un coche de policía cubierto de graffitis se quemó en la calle.
En Nueva York, los enfrentamientos peligrosos estallaron repetidamente cuando los oficiales hicieron arrestos y limpiaron las calles.
En Washington, la Guardia Nacional se desplegó frente a la Casa Blanca, donde las multitudes que cantaban se burlaban de los agentes de la ley. Vestidos con camuflaje y con escudos, las tropas se pararon en una línea apretada a pocos metros de la multitud, evitando que avanzaran.
El presidente Donald Trump, que pasó gran parte del sábado en Florida para el lanzamiento del cohete SpaceX, aterrizó en el césped en el helicóptero presidencial al anochecer y entró sin hablar con los periodistas. 
El presidente republicano ha tomado un tono muy partidista, llamando a una represión más dura contra los manifestantes y acusándolos de ser "criminales de izquierda radical".
Trump dijo que el gobierno federal se estaba coordinando con las autoridades locales de todo el país, ya que la respuesta se militarizó cada vez más.
"Mi administración detendrá la violencia de la mafia y la detendrá", dijo.
FUENTE: AL JAZEERA Y AGENCIAS DE NOTICIAS.