Valle de Bekaa, Líbano : los refugiados sirios en el Líbano están luchando contra las consecuencias de una tormenta que empapó las regiones del este y norte del país, generó inundaciones y dañó cientos de campamentos improvisados.
La tormenta Norma, que la semana pasada trajo consigo la lluvia incesante y las nevadas, afectó a más de 22,000 refugiados, según cifras de la ONU.
Las tiendas en más de 570 asentamientos informales de refugiados se inundaron o colapsaron completamente, dejando a las familias sin colchones, mantas, alimentos y ropa.
Los campamentos abarrotados carecen de infraestructura adecuada, y dados los sistemas de alcantarillado deficientes, las aguas residuales se desbordaron y se filtraron en las tiendas, lo que aumenta el riesgo de enfermedades.
El Líbano es el hogar de más de un millón de refugiados sirios, la mayoría de los cuales viven en asentamientos informales hechos de carpas de lona con marcos de madera. Las carpas desprotegidas apenas llegan a pasar los duros inviernos.
Desde que la tormenta Norma golpeó la semana pasada, más de 1,000 refugiados sirios se han visto obligados a mudarse a otras áreas, ya sea en campamentos cercanos o con otros miembros de la familia extendida.
Otros buscaron refugio en unidades de vivienda incompletas, garajes y escuelas evacuadas, ya que el país no les permite actualizar sus tiendas a estructuras más permanentes.
Una nueva tormenta, apodada Storm Miriam, golpeó el país el domingo por la noche.
Se espera que traiga nevadas y continúe hasta el 17 de enero, lo que exacerba las ya terribles condiciones en los campos de refugiados sirios del Líbano.
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